Un aerogenerador en la plaza del Machete; un sistema de almacenamiento de energía en Jundiz; otro de conteo de personas en el Casco Viejo; una aplicación de móvil para informar sobre eventos en la ciudad; una red de vigilancia en los parques del Anillo Verde; un localizador de proximidad para personas con discapacidad o un sistema de control del alumbrado público que se prueba en Jundiz. Todos ellos son productos tecnológicos que han visto la luz tras una ardua labor de investigación por parte de empresas ligadas a la I+D+i. Bocetos y diseños que se han desarrollado hasta convertirse en objetos palpables gracias al empuje dado por el Ayuntamiento, que ha permitido a sus inventores probarlos en la calle. Forman parte de lo que se llama Ciudad Laboratorio, una iniciativa a la que el gabinete de Gorka Urtaran quiere dar un nuevo empuje para que llegue a más empresas, y en el que de momento han participado ocho firmas: tres en 2014 y cinco en 2015. Su apuesta pasa por enlazar este programa con el del Pacto Verde, que engloba a un mayor número de compañías.

EH Bildu ya planteó en una comisión de Promoción Económica la posibilidad de llevar a cabo una labor de apoyo a la comercialización de las empresas. Sin embargo, el gabinete jeltzale considera que este trabajo ya lo realiza la SPRI y no quiere generar duplicidades. Paralelamente, el Ayuntamiento ya colabora con la Cámara de Comercio apoyando la presencia de empresas de Vitoria en ferias internacionales, explican fuentes del ejecutivo jeltzale. A ello hay que sumar las becas Global Training, que sin ser un recurso de apoyo directo a la comercialización, sí que es complementario a las políticas de internacionalización al fomentar la formación de jóvenes valores en compañías instaladas en el extranjero.

El programa Ciudad Laboratorio consiste en poner la ciudad a disposición de empresas con un proyecto o desarrollo tecnológico sostenible y novedoso. Para ello les ofrece la posibilidad de realizar demostraciones y pruebas en entornos reales dentro del municipio. Una oportunidad para aquellas firmas con desarrollo tecnológico propio, ya que les permite testar sus prototipos antes de su comercialización, al tiempo que les proporciona un escaparate para darse a conocer. Ocho empresas ya lo han probado.

Durante una semana, la empresa Del Valle Aguayo probó en la plaza del Machete la farola solar Dvalux. Una luminaria programable, sin apagones, sin conexión a red e instalable sin necesidad de obra civil alguna, que se nutre al cien por cien de energía solar. Son placas de unos 250 vatios y una batería de cinco días de autonomía con una potencia lumínica de 60 vatios.

Este aerogenerador surgió de un proyecto común entre las empresas locales Del Valle Aguayo y Argolabe Ingeniería en el que también participaron centros tecnológicos (CIEMAT, INTA y Tecnalia) y universidades (ETS de Ingeniería de Bilbao y la EUITI de Vitoria). El Turbec es un aerogenerador que se conecta en redes de baja tensión, por lo que se puede instalar junto al punto de consumo eléctrico. Permite el autoconsumo y la venta a la red del excedente, una “buena” solución para parques empresariales, fábricas, urbanizaciones, granjas, bodegas, puertos y canteras. De ahí que se ponga a prueba en el Parque Tecnológico. “En este prototipo se han integrado sistemas avanzados de toma de datos, y está sirviendo como prueba de nuevos modelos de control y gestión de energía eólica”, explican sus promotores.

La firma AEG Power Solutions lidera el proyecto Sager, que busca desarrollar, con la colaboración de Iberdrola Ingeniería y Construcción y Tecnalia, un sistema de almacenamiento de energía de 500 y 600 kw/h. que se está probando en el centro de transformación Arquímedes del polígono industrial de Jundiz, y que pretende dar un salto adelante para superar la barrera del alto coste del almacenamiento estacionario de la energía.

En este caso es la firma Dinycon Sistemas SL quien lidera el proyecto demostrativo, que consiste en utilizar un espacio exterior y uno interior como bancos de pruebas de un sistema para obtener información de los flujos de personas. Esto es, cuáles son los recorridos que hacen esos ciudadanos y su afluencia a una zona concreta. Todo ello se consigue gracias a la información de unos sensores de conteo y tracking. Datos que se envían a un servidor remoto, se monitorizan en tiempo real y sirven para consultar históricos (una secuencia de evolución de datos) a través de un panel con diferentes filtros. Para ello se colocan sensores en puntos determinados y se extrapola el dato a otro punto semejante. El sistema comenzó a probarse en septiembre en el Casco Viejo y el museo Artium.

El proyecto demostrativo de la compañía Quibu networks consiste en este caso en utilizar un evento de la ciudad como banco de pruebas de un gestor desarrollado por la empresa, que consta de una plataforma de administración web que configura una app para smartphone, y que permite a los organizadores de eventos llevar una gestión de los asistentes a esa actividad. Más concretamente, la empresa solicita permiso para disponer de información sobre dicha actividad, así como otra información valiosa de carácter público (líneas de autobús, por ejemplo) para poder integrarla en la aplicación móvil, de manera que esté disponible para todos los ciudadanos que se la descarguen de forma gratuita. La demostración se llevó a cabo en esta ocasión en Magialdia, el Festival Internacional de Magia de este año.

Airestudio Geoinformación Technologies solicitó permiso para llevar a cabo un experimento en un área de muestreo en los humedales de Salburua. El proyecto consiste en tomar una serie de puntos georreferenciados en los que se sacarán fotografías con cámaras multiespectrales a la vegetación de la zona, para obtener el índice NDVI (Índice de vegetación de diferencia normalizada) que informa de forma indirecta de la fotosíntesis efectuada por esta vegetación, y, por lo tanto, de su estado. Medidas que se toman una vez a la semana en los mismos puntos durante mes y medio, aproximadamente, para obtener así una evolución de los datos. Por otro lado, se necesitan unos datos base para poder comprarlos, por lo que se volarán drones con la misma cámara multiespectral para obtenerlos y poder comprobar si coinciden. Explican los responsables que se realizan tres vuelos, uno al principio del experimento y otros dos durante su desarrollo. Cabe decir que esa técnica de teledetección es una de las que se denominan END o ensayo no destructivo, pues conlleva un daño imperceptible o nulo, y no modifica las características del material analizado, subrayan. La prueba se realiza en los humedales de Salburua hasta abril de 2016.

El modelo de la firma Konektic Smart Innovation pasa por testar durante ocho meses un localizador de proximidad denominado Danok, diseñado para dotar de accesibilidad a servicios y espacios a personas con discapacidad visual o mental. El objetivo es derribar las barreras existentes para que todos los ciudadanos puedan desenvolverse en Vitoria en igualdad de condiciones. Consiste en ubicar pequeñas balizas que emiten una señal de bluetooth constante que, a su vez, permite a los dispositivos móviles (smartphones, tablets?) determinar su posición y actuar en consecuencia. Las pequeñas dimensiones de estas balizas posibilita ubicarlas en el mobiliario de las calles sin que apenas se vean, de ahí que se vayan a probar en la Plaza de la Virgen Blanca, Villa Suso y la estación de autobuses. Cabe destacar que quienes tengan la aplicación instalada en sus dispositivos recibirán la información que necesitan al momento y en el lugar en el que se encuentren.

Por último, la empresa Soprener tiene de plazo hasta octubre de 2016 para testar en el polígono industrial de Jundiz un sistema de telegestión y telecontrol, mediante la instalación de varios equipos en cuadros eléctricos de alumbrado público pertenecientes al Ayuntamiento que permiten la monitorización de consumos, lecturas eléctricas, conocer el estado de los equipos y manejar el control de apagados, encendidos y regulaciones de forma remota a través de una aplicación web.