vitoria - Pronto hará 40 años del día más sangriento en la historia de la ciudad. El 3 de marzo de 1976. La Policía Armada mató a cinco personas e hirió a balazos a más de cien sólo porque estaban celebrando una asamblea en plena huelga por la amenaza de ajustes salariales. Alguien ordenó la carga. “Gasear iglesia. Cambio”. Los grises soltaron las bombas lacrimógenas. Y luego, conforme salía la gente de la parroquia de San Francisco de Asís, hombres y mujeres de pan y patatas, obreros y amas de casa, dispararon. No hubo compasión. Y jamás se asumieron responsabilidades. Pero parte de aquella Vitoria y de la que vino después no olvida. Ni quiere ni puede. El tiempo vuela, pero no cura las heridas. Así que aprovechando que la efeméride va a alcanzar un número redondo, la plataforma que nació para exigir justicia ha preparado un memorial que tendrá como escenario la zona del barrio de Zaramaga donde aquellos luchadores, los muertos y los supervivientes, defendieron los derechos que las siguientes generaciones pudieron disfrutar.
No será la típica iniciativa de fotos, rueda de prensa y manifestación. La Asociación de Víctimas del 3 de marzo ha querido hacer algo muy especial, una acción artística, audiovisual y literaria que se desarrollará a lo largo de todo el año que viene a través de visitas guiadas. A las personas que se apunten se les proporcionarán unos audífonos y un folleto, con un plano para orientarse en el recorrido, aunque también habrá un experto que les acompañará. El trayecto estará marcado por una señalética realizada ex profeso para el memorial. En los distintos puntos señalados se activarán los audífonos y en cada uno se podrá escuchar un relato dramatizado sobre qué sucedió allí con una duración de diez minutos, que ha elaborado el escritor Juan Ibarrondo. También en cada uno de ellos se establecerá un juego entre lo que se ve, se oye y se recuerda, una articulación entre presente y pasado que persigue la negación radical del olvido.
Serán en total cinco paradas: la fábrica, el mercado, el bar, varias calles y, si se consigue el visto bueno del Obispado, la parroquia. En esos espacios, reconocidas artistas habrán intervenido previamente para dotar a la iniciativa de contenido visual y creativo. Las escogidas han sido Txaro Arrázola, Marta Gil, Verónica Werckmeister, Irantzu Lekue y Sandra Santos. El que todas sean mujeres no es casualidad. Se quiere aprovechar la acción para poner en valor el papel que jugaron tantas vitorianas en las luchas de aquel convulso mes, en el que además empezó a funcionar la Asamblea de Mujeres de Álava. Las cinco imprimirán su sello particular al espacio asignado para cada una y el memorial en su conjunto tendrá, de la mano de Gil, su propio logo, imagen de marca de la iniciativa. Representa de forma conceptual a los cinco trabajadores asesinados como puntos en el espacio, en un diseño en rojo y negro enmarcado en esquemáticas ondas de radio.
Por eso es tan importante para la Asociación del 3 de marzo que la iglesia, que hace más de un año no se dedica al culto, forme parte del recorrido. Y de ahí que ayer, durante la presentación del memorial, denunciara la posición del Obispado. Los portavoces del colectivo explicaron que, al compartir hace unos meses el proyecto con los sacerdotes, éstos apoyaron el proyecto. Pero ahora, cuando pretendían concretar algunos aspectos técnicos, la Diócesis se ha negado. El argumento ha sido, al parecer, el vacío de autoridad, pues el obispo dimitió y aún no hay relevo, pero ellos creen que eso no es excusa. Sólo quieren hacer un uso puntual en un espacio reducido del templo, en días y horarios acordados, así que aprovecharon la presencia de los medios para solicitar su colaboración. DNA se puso en contacto con el Obispado, pero no consiguió obtener su testimonio.
Metodología. Las visitas serán guiadas, aunque las personas inscritas contarán con un folleto con un plano para orientarse y unos audífonos para escuchar en cada parada del trayecto un relato dramatizado sobre qué sucedió allí. Pronto se ofrecerá información de cómo apuntarse.
El recorrido. El trayecto tendrá un total de cinco paradas: la fábrica, el mercado, el bar, varias calles y, si se consigue el visto bueno del Obispado, la iglesia de San Francisco de Asís. Cinco artistas de Vitoria realizarán intervenciones en esos espacios, cada una en el que tenga asignado, para hacer entender lo que pasó. En la parroquia la idea es proyectar un collage audiovisual.
Los portavoces de la Asociación de Víctimas del 3 de marzo piden a la Diócesis que reconsidere su posición. Al parecer, ésta justifica su negativa por el vacío de autoridad, pues no hay obispo, pero la iglesia no se dedica al culto y “sus sacerdotes apoyan el proyecto”.