más de doscientas personas participaron ayer en la puesta en valor del Camino Ignaciano a su paso por Rioja Alavesa, un recorrido que sorprendió a muchos de los presentes por la belleza del entorno y por discurrir entre viñedos que aún guardan la belleza multicolor del otoño. En el momento de máximo apogeo del paisaje de viñedos y bodegas de Rioja Alavesa, el senderismo resultó una fórmula perfecta para descubrir hermosos rincones y disfrutar del entorno natural. Para animar a todos los visitantes a comprobarlo, la Ruta del Vino de Rioja Alavesa organizó una marcha popular que discurrió a través del GR-120, el conocido como Camino Ignaciano, que enlaza las cuatro localidades de Rioja Alavesa cubriendo un total de 20,2 km.
El Camino Ignaciano recrea el itinerario que el caballero San Ignacio de Loyola recorrió en 1522 desde su localidad natal, Azpeitia, hasta la ciudad catalana de Manresa. Una peregrinación que comenzó tras su transformación espiritual, cuando resultó herido en Pamplona en una batalla contra los franceses, y que le llevó como meta final a la ciudad santa de Jerusalén. Sobre sus pasos se ha trazado, a partir de las anotaciones personales del Santo, un recorrido de aproximadamente 650 kilómetros que atraviesa cinco comunidades autónomas. El itinerario se inicia en Euskadi, donde cruza Álava, Gipuzkoa y seis comarcas para sumar un total de 150 kilómetros. Rioja Alavesa constituye una de las etapas más atractivas para aquellos viajeros que deseen experimentar sensaciones al aire libre, en un recorrido que muestra toda la belleza del territorio en un momento, el otoño, en que el paisaje regala las más hermosas postales.
Sumadas a esas razones, desde el pasado mes de julio al mismo mes del próximo año se celebra el año jubilar o año santo de San Ignacio de Loyola. De esta forma, y con dichos esos argumentos, la Ruta del Vino de Rioja Alavesa celebró ayer la primera Marcha Popular GR-120 Camino Ignaciano.
paseo Los participantes partieron a las 8.00 horas desde la localidad de Kripan para recorrer los 20,2 kilómetros que les llevaron por los términos de Elvillar, Laguardia y, finalmente, Lapuebla de Labarca. La marcha contó con tres avituallamientos en los kilómetros 6 y 16 del recorrido y en el punto final del mismo, en la plaza del Raso, en Lapuebla de Labarca, y atravesó parajes declarados biotopos protegidos, como las Lagunas de Laguardia, que concentran fauna y flora de gran valor ecológico y suponen un paraíso para el avistamiento de las aves, o las estribaciones de la Sierra de Cantabria, incluida en la Red Natura 2000.
El tramo del Camino Ignaciano realizado ayer por las dos decenas de participantes en realidad se corresponde con dos distintos, diferenciados por los Jesuitas, que fueron los responsables de crear ese recorrido. Las rutas mencionadas son las que van desde las tierras navarras de Genevilla, por Cabredo y Lapoblación a Kripan, Elvillar y Laguardia y que se corresponde con la etapa 6, mientras la siguiente etapa, la 7, discurre desde Laguardia a Lapuebla de Labarca, Fuenmayor y Navarrete.
De cualquier forma, la intención ayer era potenciar el trayecto entre Kripán y Lapuebla de Labarca y el objetivo se cumplió con creces, dada la satisfacción de unos participantes que caminaron además bajo un sol reluciente que tampoco quiso perderse la cita y acompañó a los caminantes durante todo el trazado del Camino Ignaciano por Rioja Alavesa.
Camino Ignaciano. La Ruta del Vino de Rioja Alavesa organizó ayer una marcha popular que discurrió a través del GR-120, el conocido como Camino Ignaciano, que enlaza las cuatro localidades de Rioja Alavesa cubriendo un total de 20,2 km.
Doscientas personas. La cita reunió a más de doscientas personas, muchas de ellas sorprendidas por la belleza del entorno y por un recorrido que discurrió entre viñedos que aún guardaban la belleza multicolor de la época otoñal.