álava es conocida internacionalmente por sus vinos de alta calidad, sobre todo los de la DOC Rioja y de un tiempo a esta parte también el txakoli, y puede presumir de un emergente mercado de cerveza artesana con varias marcas apreciadas dentro y fuera de sus límites geográficos. En el campo de las bebidas de alta graduación, el territorio ha sido cuna en los últimos tiempos de proyectos como Ginbail, una ginebra destilada y embotellada en Amurrio, cuya eclosión coincidió con el boom experimentado por el gintonic en estos lares.

Un ejemplo de que, salvando las distancias, no todo es vino y cerveza en Álava y al que ahora se suma otro de nombre Basmoon, el primer vodka con lábel vasco y elaborado, además, con una de las enseñas de la provincia, la patata. Tres emprendedores locales son los padres de esta criatura de cinco destilaciones y categoría premium, producida a mano en la destilería Basque Moonshiners de Gasteiz, y que nace con vocación de saltar a los mercados internacionales.

El proyecto hunde sus raíces históricas en la Guerra Civil, aunque todavía esté dando sus primeros pasos. Un viejo alambique de esta época descubierto hace unos cuantos años por los dos fundadores de la empresa, José Luis Navarro y Eduardo Martínez de Murguía, y el maestro destilador Carlos Ortiz de Zárate, amigos desde la infancia, sirvió para iniciar en todos ellos la curiosidad por la elaboración de licores.

Este aparato empleado para destilar perteneció en su día a Tomás, abuelo Carlos, quien a su vez había sido enseñado a destilar patata para producir alcohol por un guerrillero italiano, de la región del Piamonte, llamado Antonello Favro. Eran tiempos de escasez en Fontecha, de donde provienen las familias de estos emprendedores, y el tubérculo de gran calidad que se recogía en su entorno permitía producir un licor rudimentario, aunque con sabor.

Tanto el alambique como esa receta original pasaron de generación en generación hasta llegar a sus manos y los jóvenes comenzaron a elaborar algunos licores para consumo casero, primero de una forma un tanto clandestina, “medio a escondidas”, después para regalar a sus amigos y familiares y consumir en celebraciones y otro tipo de encuentros sociales. De esos primeros tiempos de destiladores aficionados viene el nombre de la empresa, que rinde homenaje a los Moonshiners estadounidenses, que elaboraban sus whiskys de forma ilegal, escondidos en los bosques y bajo la luz de la luna, durante la ley seca. El nombre del nuevo vodka es el resultado de unir las primeras letras de Basque (Bas) y Moonshiners (Moon).

Carlos, José Luis y Eduardo, tras dar muchas vueltas al proyecto, se pusieron manos a la obra para darle forma hace tres años, una vez afinada la receta. Después llegaron los trámites legales y administrativos, “a veces muy largos y duros” según Navarro, y un tiempo después pudieron abrir las puertas de la nueva destilería, que ya se encuentra a pleno rendimiento en el polígono industrial de Ali Gobeo.

con sabor... y artesano La primera gran peculiaridad de esta bebida es, precisamente, que está elaborada a base de patata alavesa, ya que la mayor parte de los vodkas se destilan a partir de grano. Se trata de otorgar al vodka unos sabores y matices que el grado no aporta, ya que el rendimiento alcohólico de la patata al fermentar es menor pero a cambio se obtiene una bebida más dulce y aromática. La variedad empleada es la Agria, rica en almidón y reconocida a nivel mundial por su calidad.

La segunda bandera de esta emergente empresa es lo artesanal del producto que acaba de sacar al mercado, ya que la destilería, a diferencia de otras, produce directamente el alcohol a partir de la patata, no lo compra y lo macera con botánicos u otros ingredientes. “Decidimos seguir nuestro propio camino y realizar el proceso completo para obtener un producto más auténtico”, apuntan los emprendedores. El resultado es un vodka con un grado alcohólico de 41,5% “meloso, con olor agradable y toques de hierba fresca en la boca, muy diferente a los que abundan en el mercado”, y que por tanto puede disfrutarse de una forma distinta a las hasta ahora conocidas.

El reto de Navarro y Martínez de Murguía, que esperan producir unas 15.000 botellas este 2015 para lanzar tanto al mercado interno como al exterior, es modificar esa forma de consumo y que el producto pueda tomarse solo o con tónica. La distribución ya ha comenzado, una vez presentado el producto en la última Feria Gourmet de Madrid. “Tenemos acuerdos con varios distribuidores tanto en el País Vasco como a nivel nacional e internacional”, apuntan los socios.

El mercado natural para Basmoon será el de los países con una mayor tradición en el consumo de vodka, como Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Polonia o los países nórdicos, aunque el tiempo será el que determine la composición de este mapa. La tendencia al alza en el consumo de esta bebida anima en su incipiente camino a los emprendedores, que a finales de año sacarán también a la venta una edición limitada “muy especial”. Por el momento, Basmoon apenas puede encontrarse en Gasteiz en el céntrico bar Dublín.