Vitoria - Javier de Andrés llevaba un tiempo buscando una bandera propia que enarbolar de cara a las elecciones. La cruzada contra la inmigración y la RGI ha sido desde el principio patrimonio personal de Javier Maroto, y aunque le ha mostrado siempre su apoyo, el diputado general andaba dando bandazos a la caza y captura de una causa similar con la que hacer carrera electoral y generar enfrentamiento. Ya la ha encontrado.
Acompañado del parlamentario vasco y director de la campaña del PP en Álava, Iñaki Oyarzábal, De Andrés puso ayer la primera piedra del que apunta a ser uno de sus grandes argumentos para la reelección: cargar contra el euskera, una lengua que considera “impuesta” por los nacionalistas, que según apuntó el PP es utilizada como herramienta para discriminar a los alaveses y dejarlos fuera de los puestos de trabajo en la Administración pública. El todavía diputado general pide que el Gobierno Vasco entregue las competencias en materia lingüística a la Diputación alavesa y a las Juntas Generales, considera un despropósito los “casi 3.000 millones de euros” destinados durante los últimos 35 años al fomento del euskera, o a su “imposición”, según sus palabras.
En el PP sostienen que vizcaínos y guipuzcoanos “vienen a quitar los puestos de trabajo de aquí” a los alaveses porque en la provincia “hay menos euskaldunes y eso supone una barrera enorme para que los alaveses puedan acceder a la Administración”.
De Andrés, que durante sus cuatro años al frente del Ejecutivo foral había mantenido una postura contraria, pero más contenida, con el euskera y su influencia en el territorio histórico, desbocó su discurso y dejó fluir sin tapujos su visión y posicionamiento sobre el uso de la lengua vasca en Vitoria. Para el diputado general, las políticas lingüísticas desplegadas en Álava y en el resto de Euskadi desde el inicio de la democracia sólo han servido para crear “una red clientelar” de asociaciones y colectivos que viven “no por el euskera sino del euskera” y que han acabado controladas “por Bildu, Batasuna y toda esa morralla que anda por ahí”.
Además de reclamar las competencias lingüísticas, De Andrés, que realizó estas declaraciones en un acto con miembros de su partido, solicitó también que se establezca un tratamiento específico lingüístico diferente y único para los alaveses que quieran acceder a un trabajo en todas las administraciones públicas que presten servicios en la provincia. El candidato popular a la reelección considera que los alaveses “conocen mucho mejor la realidad sociolingüística de Álava que un señor de Ondarroa que nos venga a explicar la política lingüística que necesitamos”, y quiso dejar claro que lo que intenta con esta postura es “defender la enseñanza del euskera de manera libre y sin imposiciones”.
Iñaki Oyarzábal tampoco se quedó atrás con sus palabras. “Hay mucha, mucha gente que sabe que sus hijos pierden oportunidades simplemente por el empeño de los nacionalistas de elevar las exigencias del euskera, porque con eso consiguen apartar a los alaveses” en favor de “la gente que viene de Gipuzkoa y de Bizkaia, que siempre ocuparán las listas”. Para el parlamentario vasco durante los últimos años ha habido “mucha gente de varias generaciones” a la que el euskera ha dejado “relegada” de empleos por el “empeño” de los nacionalistas de elevar las exigencias de conocimiento, entre ellos “miles de profesores” que según su análisis “tuvieron que salir de Euskadi, abandonar escuelas y colegios porque la presión por el euskera les cerraba las puertas”, algo que el Gobierno Vasco realizaba “para poder meter de rondón a muchos nacionalistas”.
“Je suis morralla” La cruzada contra la lengua vasca iniciada por Javier de Andrés y su frase en la que denominó “esa morralla que anda por ahí” a EH Bildu generó una oleada de críticas y respuestas posteriores en las redes sociales. La coalición abertzale definió como “una provocación y un desprecio” a la cultura vasca la bandera que el Partido Popular alavés pretende enarbolar ahora de cara a las elecciones.
“La larga retahíla de descalificaciones y mentiras vertidas en torno al euskera y el proceso de normalización sólo responden a un deseo de provocar, además de estar hechas desde la más absoluta ignorancia”, subrayó EH Bildu. “Quien pretende ser diputado general de todos los alaveses debe respetar una lengua que también es de Álava”, donde hace años se inició “un proceso de recuperación y normalización gracias al esfuerzo y al trabajo de miles de euskaltzales”. La coalición abertzale inició además una campaña en Twitter bajo el hashtag je suis morralla (yo soy morralla). El candidato a diputado general del PNV, Ramiro González, respondió a De Andrés en euskera: “Arabarrok euskara gure hizkuntz propio bat dela uste dugu. De Andresek ez du horrela ikusi nahi. Horrela ez da Araba defenditzen”.
Así las cosas, apegado ya a una bandera propia con la que poder identificarse, Javier de Andrés aspira a recuperar debates ya olvidados con vistas a un rédito electoral en los comicios municipales y forales del 24 de mayo. El euskera y su aprovechamiento por parte de guipuzcoanos y vizcaínos frente a los alaveses. La inmigración y las ventajas de las personas extranjeras frente a las locales en el cobro de ayudas sociales. Distintos temas, mismos argumentos.