desde que la Llanada Alavesa se deforestó, hace cientos y cientos de años, el corazón del territorio ha sido una tierra eminentemente agrícola. Álava es, o ha sido, patatera, sus cereales nutren miles y miles de litros de cerveza, sus remolachas llenan los supermercados de azúcar, pero lo que se produce aquí se vende, se manufactura y se consume fuera, mientras los alaveses compran en el supermercado alimentos que han cruzado el Atlántico en buques mercantes.

El municipio de Vitoria, de la Green Capital, posee muchísimo terreno agroganadero (el 30% de su superficie total), y dentro de la ciudad cada vez son más los gasteiztarras que quieren alimentarse con productos de cercanía y ecológicos. ¿Por qué, entonces, un sector con tanto potencial, al menos en apariencia, no termina de despegar? DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA ha hablado con dos alaveses que se van a lanzar a la aventura de la agroganadería ecológica, y que explican sus ilusiones, los obstáculos hallados en el camino y la necesidad de potenciar el consumo de alimentos locales. A pesar de que desde el Ayuntamiento se está reflexionando sobre el tema, y de que el diseño de una estrategia alimentaria ecológica es el principal reto del Centro de Estudios Ambientales a medio plazo, aún hay mucho camino que recorrer.

El biólogo Ignacio García Serna tiene un doctorado, y a lo largo de su carrera ha trabajado investigando enfermedades forestales, recuperando bosques autóctonos, siempre “en cosas relacionadas con el monte y el campo”. Como tanta otra gente, llegó un día en que se quedó sin empleo, y entonces, aprovechando que contaba con una finca familiar en Arkaia, decidió lanzarse a la aventura de la agricultura ecológica.

“No me da miedo entrar en este mundo, es un empleo muy digno del que se puede vivir, y aprovechando la creciente filosofía de comer más sano, me metí en este terreno de 7.000 metros cuadrados para producir alimentos sanos”, señala Ignacio, cuyo proyecto está en fase inicial. En breve, en todo caso, sus tierras empezarán a producir. “Quiero poner todo tipo de productos hortícolas de temporada, cultivar durante todo el año lo que te pida la tierra”, explica. Así, en su finca crecerán las cebollas, y poco a poco irá sembrando patatas, lechugas... Más adelante, cuando haya garantías de que no volverá a helar, llegará el turno del maíz, los tomates y los pimientos. En verano sembrará puerros, coles y berzas que comercializará en otoño, y en estas mismas fechas llegará el turno de hacer crecer las habas y guisantes que venderá en primavera. Todo ello sin pesticidas, “con la menor huella ecológica posible”, y con la idea de comercializar sus productos sin salir del municipio. “No tiene sentido -afirma- ir a Almería o Chile para comprar productos que puedes obtener aquí, se trata de revitalizar nuestra agricultura”.

Plan estratégico En ese sentido, hay proyectos que buscan este mismo objetivo. El grupo municipal del PNV ha propuesto la elaboración de un plan estratégico que permita revitalizar el sector agroalimentario en Gasteiz, siguiendo en cierta medida el patrón de la Rioja Alavesa, donde sus habitantes han aprendido a ser los protagonistas de todo el proceso que va desde la producción de la uva hasta su comercialización y degustación en catas enfocadas al turismo. “Ahora sólo se cultiva lo que tiene garantizada la comercialización y la gente no se arriesga, se ha experimentado con judías verdes o guisantes, pero luego te tienes que ir a La Rioja o a Navarra a envasar”, señala en ese sentido el portavoz jeltzale en Vitoria, Gorka Urtaran. “Hay un potencial de desarrollo agrícola importante -afirma-, pero los emprendedores no encuentran el enganche”. La idea que manejan los nacionalistas, en ese sentido, es aprovechar lo existente (el propio suelo del término municipal, y la presencia de cooperativas agrarias o del Campus Agroalimentario de Arkaute) para crear un polo dedicado al desarrollo del sector primario en el este de Gasteiz.

La falta de infraestructura a la que hace referencia el PNV la echa también de menos Ignacio. “Habría que potenciar desde las instituciones la apertura de mercados o de vías de comercialización, establecer ayudas a nivel logístico, o tener cierta publicidad de este tipo de productos, que se valore un poco el entorno rural del propio municipio de Vitoria, hay gente que está viviendo en este entorno rural y que también pertenece a la Green Capital”, explica el emprendedor, quien cree que ecológico no debe equivaler, necesariamente, a más caro. “Como no hay esos gastos adicionales ni inversiones fuertes puedes vender casi al mismo precio que en el supermercado”, señala Ignacio, partícipe además de otro proyecto, también en Arkaia y también ligado al sector primario, pero en este caso centrado no tanto en la producción y comercialización como en la educación.

granja de los años cincuenta La Granja de Usama está a punto de abrir sus puertas y al frente de ella están Ignacio, Juan Mendizabal, Amaia Ríos y Usama Bin Hameed, “que se va a ocupar de los animales en la granja”, explica Amaia, bióloga y educadora ambiental. La idea es “recrear una granja de los años cincuenta” para ofrecer a escolares y familias, y también al público en general, la oportunidad de “recuperar el contacto con la tierra, con los animales, conocer el ciclo completo de los alimentos y compararlo con los que compras en un supermercado y que vienen de Chinas, o de dónde sea; tener la oportunidad de plantar una semilla, conseguir tu propio alimento. Queremos hacer conscientes a niños y niñas de esa diferencia, y darles la oportunidad de hacerlo con sus propias manos y aquí cerquita”, señala Amaia. Así, la Granja de Usama permitirá a los críos alimentar y cuidar a los animales, incluso habrá una incubadora para que los visitantes vean la eclosión de los huevos, y podrán además ordeñar a las cabras.

Por otro lado, van a poner en marcha la iniciativa familias granjeras. Se cederá una parcela en la granja a familias con menores y se les formará. Ellos adquirirán el compromiso de cuidar de los animales y podrán participar en los diferentes talleres que se van a impartir.

Además, se organizarán visitas de centros escolares de la capital alavesa, pero no únicamente “para ver al animal, será una actividad educativa y temática”, asegura Amaia. Así, se organizarán talleres centrados en diferentes animales o aspectos de la granja, de tal forma que los colegios podrán repetir visita, pero llevándose algo nuevo cada vez. Habrá además colonias de día (la granja no dispone de espacio para pernoctar), y un área de juegos tradicionales, donde los chavales podrán ejercitarse con la rayuela, las txingas, la soka tira, la rana o el ajedrez.

En cuanto al público en general, la Granja de Usama organizará visitas concertadas y fiestas de cumpleaños en las que la merendola se confeccionará con productos de temporada, y además se trabajará con empresas y ONG.

El próximo 19 de abril, la granja abrirá sus puertas con una plantación de tres bosquetes autóctonos (de hayas, encinas y robles) que llevarán a cabo las primeras familias interesadas en el proyecto, y que servirá para darlo a conocer. En mayo se cultivarán los primeros terrenos, y ya para septiembre arrancarán las actividades para centros escolares y las visitas abiertas a todo tipo de públicos.