traficar con drogas es un delito penado. Consumirlas, al menos de forma privada, no. Desde hace décadas, la sociedad debate en medio mundo el camino a seguir con las sustancias ilegales, con el eterno dilema de la legalización siempre sobrevolando. Contadas administraciones se atreven aún a poner sobre la mesa esta cuestión, pero debate arriba, debate abajo, el hecho innegable es que mucha gente consume estupefacientes, y los que lo hacen quieren básicamente dos cosas: no ser criminalizados por ello y tener un mínimo de garantías de que, si eligen consumirlas bajo su propia responsabilidad, no van a correr el riesgo de que la persona que se las venda les facilite sustancias peligrosamente adulteradas. Lo primero es complicado, lo segundo es, en el actual marco legal, imposible. Con todo, desde Ai Laket!! consideran que, con el tiempo, las instituciones públicas han acabado siendo más o menos conscientes de que “las políticas basadas en la represión y la criminalización de los usuarios no han tenido el efecto deseado”. Así lo entiende Riki Caparrós, uno de los miembros más veteranos de la citada asociación que, desde hace doce años, trabaja en Vitoria por un consumo de drogas responsable y sin riesgos.
En 2002 un grupo de personas decidió crear una agrupación que desde su alumbramiento despertó reticencias -aún lo hace de hecho- en algunos sectores. Pero su existencia se antoja ya imprescindible como el trabajo de campo necesario que otros profesionales, como médicos o policías, no pueden realizar. “Imagina que un chaval sale de una discoteca y se le acerca un médico a preguntarle si consume, si está bien, si se ha hidratado... El mismo mensaje, igual de válido, dado por un usuario de drogas o por otras personas adquiere una mayor credibilidad”, explica Caparrós en la sede, donde realizan análisis de sustancias de forma gratuita y anónima cada viernes de 19.00 a 22.00 horas.
La labor de este colectivo ha sobrevivido en Gasteiz a corporaciones municipales de distinto signo político, y desde hace dos años colaboran con el Ayuntamiento en la elaboración del Plan Municipal de Drogas, que si todo sale bien este año verá por fin la luz con unas líneas estratégicas dirigidas tanto a jóvenes como a personas mayores. Vitoria, evidentemente, no es ajena al consumo de drogas entre su población, como tampoco lo es al que ahora mismo es el gran fenómeno al que se enfrentan los colectivos que trabajan en favor del consumo de sustancias sin riesgos. Y es que, como decía Ewan McGregor en Trainspotting, las drogas están cambiando.
“Hoy en día el principal reto al que nos enfrentamos es la irrupción de sustancias desconocidas que están sustituyendo a las actuales. Cada sustancia tradicional, como la anfetamina, la cocaína o el MDMA, incluso el cannabis, tiene ya sucedáneos y análogos que, además, en muchas ocasiones, todavía no son ilegales y están sin fiscalizar. Por cada sustancia que se controla aparecen otras nuevas de las que no se sabe nada. Cada año se detectan unas ochenta nuevas. Las instituciones tienen que estar pendientes de estas cosas, porque cuando nos queramos dar cuenta nos podemos encontrar un escenario en el que nadie conozca ni las sustancias ni los efectos que tienen las que se están consumiendo, porque al menos de las tradicionales sabemos sus efectos a corto, medio y largo plazo”, argumenta Riki Caparrós.
Nadie mejor que Ai Laket!! para analizar cuáles, y sobre todo cómo, son las drogas que circulan ahora mismo por la capital alavesa, que aunque no difieren mucho de las que se mueven en el resto de ciudades de los alrededores, sí ha recibido en 2014 la aparición de alguna droga no detectada antes por las calles de Vitoria.
pastillas supermán “En lo que son sustancias ilícitas, el principal consumo es el de cannabis. Luego están la anfetamina, la cocaína y el MDMA”, enumera. En Álava, como en Euskadi, “se consume por ejemplo más anfetamina (speed) que cocaína, al contrario que en el resto del Estado”. “No hay una única explicación. Tiene que ver con el acceso a la sustancia, los gustos, con estéticas o prácticas de cada grupo...”, sostiene. Además de las clásicas, el año pasado se detectaron cuatro drogas nuevas en Euskadi, tres de ellas en Vitoria: la llamada 25 I-NBOMe, una droga psicodélica derivada de la feniletilamina, dos alucinógenos y una sustancia “de la que se conoce muy poco” y que se denomina 2MK.
“Es un análogo de la ketamina, que es una sustancia de cierto uso que sobre todo a finales de este año hemos visto que se está adulterando mucho, cuando hasta ahora era una sustancia bastante pura. Esto es algo que también está pasando con el MDMA”, apuntan desde Ai Laket!!, preocupados por esta cuestión. En el mercado se está vendiendo muchas veces la metoxetamina, el llamado 2MK, como si fuera ketamina, cuando es una sustancia diferente de la que se tiene muy poca información sobre sus efectos.
Hace apenas unos días han detectado otra sustancia nueva, la etilona, “de la que tampoco se sabe casi nada”, y que se está vendiendo como MDMA. “Además, a nivel europeo hay una alerta con una sustancia que es muy peligrosa y está relacionada con seis muertes, el PMMA, las llamadas pastillas Supermán, de la que tenemos constancia en Gasteiz desde hace unos años y de vez en cuando aparece alguna pastilla. Ahora los porcentajes de esta sustancia en supuestas pastillas de MDMA son muy peligrosos”, concluye Caparrós.
Con base en Gasteiz pero una reconocida labor que se extiende al resto de Euskadi, Ai Laket!! sigue cubriendo un hueco a pie de campo por iniciativa propia -sus socios abonan una cuota- que sin embargo creen que, llegado el día, tal vez deberían cubrir las propias instituciones públicas. Por ahora, ese momento no ha llegado.