donostia - El soufflé de arbigarras y perretxikos de Iñaki Moya, chef del restaurante Ikea, ya había conquistado al jurado una vez. Cuando, de entre todas las recetas presentadas, fue seleccionado como uno de los tres platos finalistas del certamen. Ahora, sólo quedaba rematar. Y casi lo hizo. Tras una jornada de nervios entre fogones, finalmente su creación, la única vasca de las que habían llegado a la última fase, recibió el segundo premio. Corona de plata que recibió con indisimulada satisfacción. Es mucha la gente que se queda por el camino en Cocinando nuestros sabores, el concurso anual patrocinado por Eroski que homenajea a quienes promocionan los productos que conforman la riqueza cultural y gastronómica de los diferentes territorios de España con las mejores propuestas.
La final se celebró en Donostia, en el Basque Culinary Center, de cuya fundación Eroski es patrono. Autoridades, políticos y críticos culinarios se reunieron en este espacio para la formación, investigación y desarrollo de las Ciencias Gastronómicas con el paladar preparado para degustar y las manos dispuestas a aplaudir. Moya llegó confiado, acompañado por su equipo, pero muy consciente también de la fuerte competencia. Sus rivales eran Ana Portals, del restaurante de A Coruña A Curtidoira, que venía con la receta Poso del Miño; y Víctor Trochi, de Les Magnolies, en Girona, que se había presentado al concurso con Gamba roja... entre el mar y la montaña. Todos se pusieron manos a la obra rápidamente, con sed de triunfo, pero sólo uno se lleve el primer premio. Y fue ella, la mujer del trío. Un gran cheque de 9.000 euros selló su victoria. El cocinero gasteiztarra recibió el galardón de 4.000 y el catalán 2.000. En las redes sociales, no obstante, las felicitaciones a Moya se sucedieron con la misma alegría que si hubiera ganado el campeonato. Apenas unos minutos después de que su segundo de a bordo, Asier Urbina, hubiera dado la noticia, decenas de zorionak empachaban el Facebook.
Como en las dos ediciones anteriores, los organizadores del concurso volvieron a premiar una trayectoria culinaria destacable por la promoción de productos locales, con la particularidad de que en esta ocasión el galardón extraordinario tenía que estar dirigido a cocineros que hubieran sacado chispas a alimentos alaveses. Hace unas semanas ya se anunció al elegido: Patxi Eceiza, el chef del restaurante Zaldiaran, el único de Vitoria que atesora una estrella de Michelin. Y ayer, sin los nervios de los otros tres finalistas del certamen pero con el mismo entusiasmo por el reconocimiento obtenido, acudió presto a San Sebastián a recibir el galardón. En la foto no dudaron en estar presentes el dueño de este referente gastronómico de Gasteiz, Gonzalo Antón, y, en representación del Ayuntamiento, el concejal Manu Uriarte.
Declaración de Lima. El Consejo Asesor Internacional del Basque Culinary Center sentó las bases de cómo los chefs deben relacionarse con el producto local en su Declaración de Lima llamada ‘Carta abierta a los cocineros del mañana’. A su juicio, están llamados a promocionar aquellas variedades y especies que conforman la riqueza cultural y gastronómica de los territorios en los que viven y trabajan. Así, protegen la biodiversidad, permitiendo el mantenimiento y la creación de viejos y nuevos platos.