Gasteiz - Con los excesos navideños y los fríos del invierno como telón de fondo, los profesionales sanitarios han vuelto a la rutina esta semana con bastante trabajo en sus agendas. Los resfriados, la gripe y otras afecciones víricas han convertido ese regreso de las vacaciones en todo un martirio para muchos alaveses, aunque la patología clásica y más peligrosa de esta época del año todavía no ha terminado de eclosionar. Acecha, pero el territorio aún se encuentra bastante por debajo del umbral epidémico de la gripe.

Según el último informe elaborado por la red de médicos vigía de la CAV, la tasa gripal se situó durante la primera semana del año en Álava en 12,6 casos por 100.000 habitantes, una cifra inferior a la de los siete días precedentes y todavía muy baja, pero ante la que no conviene bajar la guardia. Osakidetza considera que ese descenso de casos se debe, precisamente, a esos días de descanso navideño durante los que la actividad desciende considerablemente en las consultas médicas.

Al margen de la vacunación, cuya campaña se cerró hace ya unas cuantas semanas, la toma de unas sencillas medidas higiénicas como el lavado de manos frecuente, taparse la boca al toser y estornudar y usar pañuelos desechables puede interrumpir en gran medida la transmisión de la gripe. Una vez contraída, no se recomienda moverse de casa si no es estrictamente necesario y conviene reposar, hidratarse, evitar el tabaco y el alcohol, medicarse con antitérmicos tratamientos tipo Frenadol para paliar la fiebre, abstenerse de ir a trabajar para evitar nuevos contagios y no acudir a los servicios de Urgencias a no ser que se trate de un caso de gravedad, para así evitar colapsarlos. Por el momento, el grupo de edad de 15 a 64 años ha sido el más afectado.