cuando las instituciones buscan un reflejo estadístico de la marcha del turismo, lo habitual es fijarse en la ocupación hotelera, pero hay otra forma de pernoctar, con la casa a cuestas. El turismo de autocaravana va arraigando en el Estado, y aunque las infraestructuras no tienen nada que ver con las que disfrutan los campistas en Francia o Alemania, cada vez más gente se anima a viajar de una manera que permite decidir el destino al arrancar el vehículo.

En Vitoria, el Ayuntamiento cuenta con una zona gratuita de aparcamiento de autocaravanas en Lakua-Arriaga, junto al nuevo ambulatorio del barrio, un espacio que quienes hicieron ayer noche en el mismo describen con satisfacción, pero que en los últimos días ha generado ciertas quejas. Durante el pasado puente de la Constitución no hubo agua para cargar y descargar los depósitos de las autocaravanas, y en los últimos días se ha repetido la misma situación, aunque el suministro se restableció el pasado lunes.

Peio Aiestaran ha venido desde Lazkao y comenta que tras un fin de semana sin agua dos autocaravanas consiguieron cargar los tanques el lunes, y ya a la noche el grifo funcionaba con normalidad. Peio, que no había pernoctado antes en el área de Lakua-Arriaga, explica que no le supone mucha molestia, a pesar de que tampoco dispone de suministro eléctrico.

“Es muy habitual que no haya tomas de luz, pero ésta es un área gratuita, nosotros no pagamos nada, igual que te pongan luz y todo es pedir mucho, yo ya agradezco que me pongan para vaciar y llenar, me doy por satisfecho”, señala el turista guipuzcoano. Peio explica que en países como Francia, por ejemplo, los usuarios de autocaravanas disponen de todo tipo de instalaciones perfectamente equipadas a cambio de “diez, doce o quince euros” pero, eso sí, “la normativa es muy estricta, o aparcas en el área o tienes una multa”.

Peio ha venido a Gasteiz con su familia para disfrutar de unos días de ambiente navideño. “Venimos a patinar en la pista de la Virgen Blanca y a ver la ciudad, que la tenemos al lado, a 65 kilómetros de nuestra casa, y casi no la conocemos”, explica el joven, quien recuerda que hace años estuvo en Gasteiz, tan cambiada ahora que se siente “un poco perdido”.

El viento llega helado desde el Gorbea en esta mañana de diciembre, la más fría del año hasta la fecha, pero al sevillano Juan Carlos Pérez, ataviado únicamente con un forro polar, le da igual. “Vosotros vais a buscar el calor y nosotros venimos a buscar el frío”, explica este trabajador del mundo del teatro, a punto de partir hacia Pamplona porque se ha quedado sin batería en la autocaravana y no puede cargarla en Lakua. “El área está muy bien y la ciudad es perfecta -ya ha pasado por aquí varias veces-, lo único que ocurre es que faltaría una toma de luz para poder cargar la batería, si hubiera un puesto de luz me quedaría más tiempo aquí. Aunque sea de pago, yo prefiero echar un euro, como en Francia o Alemania, estar ocho horas cargando, y me quedo en la ciudad. Me da mucho coraje tener que moverme porque Vitoria me gusta, anoche estuvimos en el casco antiguo y está muy bonito”, explica.

Jon Arruti y su familia son de Orio, y vienen habitualmente con su autocaravana a Gasteiz para disfrutar de su afición a la bicicleta por el Anillo Verde, en terreno llano. Jon explica que en el Estado poco a poco hay más áreas de servicio y cada vez se habilitan mejor”, pero aún así “en Francia están mucho mejor preparadas”. Este turista señala que en Navarra, por ejemplo, se han abierto en poco tiempo cuatro nuevas áreas para autocaravanas. En la de Lakua, donde ha disfrutado de una “escapada corta” antes de regresar a pasar la Nochevieja en casa, dice encontrarse cómodo.