vitoria - El fracking ha hecho del nadar y guardar la ropa un recurrente ejercicio político. Ayer, le tocó al PP de Vitoria en el Pleno municipal demostrar su habilidad. En coherencia con la postura adoptada desde que los nubarrones de la fractura hidráulica se acercaron al municipio, el gabinete de Javier Maroto se sumó al resto de grupos para apoyar la moción de EH Bildu contra la aplicación de esta técnica en Álava y a favor de que el Gobierno Vasco realice las gestiones oportunes para liberar al territorio de la amenaza, pero no quiso apoyar la enmienda nacionalista que condenaba la alegre posición del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Los populares restaron valor al papel que está jugando su partido en Madrid con el argumento de que si Lakua no pide permisos no hay nada que temer, como si no tuviera importancia que desde la sede central se estén diseñando tasas y reformando cánones ya existentes que prometen millones de euros para las zonas que se aventuren a extraer hidrocarburos.

El PP gasteiztarra dio la cara por los cabecillas de su partido al rechazar la enmienda del PNV y a la vez no tuvo vergüenza en mantener su argumentario medioambiental para respaldar la moción de la coalición abertzale. Una iniciativa que contó con la unanimidad del Pleno por la que el Ayuntamiento de Vitoria reitera el apoyo a la Iniciativa Legislativa Popular contra el fracking, insta al Gobierno Vasco a cortar el flujo de financiación a Shesa destinado a impulsar esta técnica, pide a la propia sociedad pública a que renuncie a todos sus permisos y se compromete, desde el propio equipo de gobierno, a presentar las alegaciones oportunas para prohibir los pozos en la ZEC en trámite de los humedales de Salburua. - J.S.