gasteiz - Es una imagen que se repite cada mañana en los centros escolares de la capital alavesa. Decenas de coches aparcados en doble fila, subidos a la acera, o que paran en mitad de la calzada para dejar apearse a los pequeños estudiantes. La prisa es la tónica general, y al sueño de las frías mañanas vitorianas o de las pesadas sobremesas se suma como factor de peligro el bullicio que se genera.

No son las horas del día en la que los conductores van más concentrados, muchos coches no están donde deberían y todo ello genera un peligro que puede llevar a madres y padres a incrementar aún más su apuesta por el vehículo privado.

Contra ese círculo vicioso combate el CEA mediante iniciativas como los talleres de formación en el transporte a pie o en bicicleta, y también lo hacen expertos como María Sintes, miembro del Centro Estatal de Educación Ambiental (Ceneam) del Ministerio de Medio Ambiente, que el pasado mes de septiembre vino a Gasteiz para promover la autonomía de los niños y niñas a la hora de ir al cole cada mañana. Sintes, que durante diez años ha organizado un proyecto de participación infantil en Segovia para que los niños tengan su lugar en la calle, aseguraba que aunque ciudades como Vitoria han cambiado de forma notable en relación al tráfico rodado, y son mucho más seguras para el peatón que hace veinte años, la sensación entre madres y padres sigue siendo de peligro.

“Los coches nos han robado el espacio de la calle y los niños han perdido su lugar tradicional de juego”, señalaba en Gasteiz Sintes, quien critica que los menores del siglo XXI vivan “enclaustrados en las actividades extraescolares o en actividades completamente tuteladas, controladas por los ritmos, los tiempos y la normas adultas”. La experta defiende aquellos tiempos en los que los chavales pasaban la tarde jugando en la calle. “Ahora una buena madre o padre no pierde de vista a su hijo, lo lleva de la mano hasta los 14 años”, afirmó. - T.D.