el museo de Armería de Gasteiz cuenta desde ayer con un nuevo reclamo histórico de gran valor, la espada del General Álava. Un obsequio con el que los regidores municipales agradecieron en su día a Miguel Ricardo de Álava y Esquível su decisiva participación en la Batalla de Vitoria, integrado en las tropas del Duque de Wellington, para derrotar al ejército de Napoleón. Labrado especialmente para él, una comisión municipal le entregó el estoque el 9 de enero de 1814, medio año después del desenlace de la histórica batalla que lo encumbró como protector de la ciudad.
El General Álava murió en el año 1843 sin dejar hijos y no pudo cumplir con su promesa de que la espada pasaría a manos de sus descendientes. En lugar de ello se la entregó a su amigo Filtzroy Somerset, el primer Lord Raglan, compañero de armas en el campo de batalla y cuyos descendientes la depositaron en el National Army Museum de Londres en el año 1986. En mayo de este 2014, poco después de cumplirse el bicentenario de que Vitoria obsequiara con el estoque al General Álava, la galería Christie’s lo sacó a subasta.
La Diputación se presentó a la puja, pero un inversor cuya identidad se desconoce adquirió la espada por 57.000 euros, muy por encima de las posibilidades de un ente foral que se retiró “por responsabilidad”. Al conocer este desenlace, una familia adinerada alavesa se puso en contacto con el propietario y se lo recompró por una cantidad que no ha trascendido.
Este pasado agosto la Diputación recibió de sus manos el estoque en depósito, de forma gratuita, y su propietario solicitó que se expusiera en el Museo de Armería. Dicho y hecho. De factura artesanal y con detalles de oro y brillantes, la espada está asegurada en una cifra de 120.000 euros, una prima que correrá a cargo de la Diputación y que ha sido la última petición de este mecenas que ha preferido guardar el anonimato.
acto pomposo Tras la presentación en sociedad de la espada, que tuvo lugar dos días antes del inicio de La Blanca, la Diputación quiso escenificar ayer su depósito en el museo con un nuevo acto envuelto en solemnidad, al que al margen del diputado general de Álava, Javier de Andrés, asistió casi la mitad de su gabinete, por increíble que parezca en el actual contexto político. Tres de los ocho diputados forales, Iciar Lamarain (Cultura), Aitor Uribesalgo (Hacienda y Presupuestos) y Marta Alaña (Servicios Sociales), además del presidente de las Juntas Generales de Álava, Juan Antonio Zárate, no quisieron perderse la cita.
Un miñón vestido con el uniforme de gala hizo entrega de la espada a De Andrés, que la depositó protegido por unos guantes blancos en una vitrina ubicada en el primer nivel del museo. “La figura del General Álava merece un reconocimiento permanente de todos los alaveses”, declaró el diputado general. “Hoy es un día muy importante para Vitoria y todo Álava”, advirtió, por su parte, la diputada Lamarain. Los asistentes, entre los que también se encontraba el abogado que ha ejercido de intermediario entre la familia y la Diputación para la entrega de la espada, rompieron en aplausos.
Sobre la espada, cuyo contrato de cesión se ha fijado en dos años aunque ambas partes aspiran a que sea permanente, descansa también un cuadro del propio General Álava que realizó el grabador inglés Francis William Wilkin (1791-1842), un retratista habitual de la alta sociedad británica del momento.