gasteiz - Un macabro suceso ha conmocionado en las últimas horas a la comunidad de vecinos del número 2 de la calle Guayaquil de Vitoria, ubicada en el barrio de El Pilar, frente a la rotonda de América Latina. El cuerpo sin vida de una mujer de 42 años fue encontrado en la tarde de este lunes en el interior de su domicilio particular, en el sexto piso de este bloque, con signos de extrema violencia.
La víctima, de origen dominicano, trabajaba como camarera en un problemático bar de la calle Beato Tomás de Zamárraga, el Bugatti, que ha sido escenario de varias operaciones policiales anteriores derivadas de peleas y del tráfico de estupefacientes. La última, una redada antidroga el pasado martes 28 en la que, precisamente, ella misma estuvo involucrada y durante la que los agentes hallaron sustancias. Horas después del hallazgo del cadáver, ya en la madrugada de ayer, la Ertzaintza detuvo a un excompañero sentimental de la mujer, de 45 años, como sospechoso de su muerte.
Según advierten a este periódico fuentes de la investigación, los agentes que se ocupan del caso se enfrentan a “un puzzle” de complicada resolución, porque a pesar de que las primeras hipótesis apuntaron a un caso de violencia machista, ahora éstos se inclinan más por un probable ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas. Aunque no descartan ninguna de las dos opciones, dos hechos concretos les hacen decantarse por la segunda: que la víctima no tenía antecedentes por violencia de género y, sobre todo, que acumulaba un amplio historial relacionado con el menudeo de estupefacientes. La víctima, de hecho, suma “varias detenciones” y la apertura de diversos expedientes relacionados con las drogas.
El hallazgo del cuerpo sin vida de la víctima tuvo lugar alrededor de las 17.15 horas de anteayer, pero su asesinato pudo producirse en la madrugada del viernes al sábado, ya que desde entonces no había vuelto a acudir a su lugar de trabajo. Vecinos del inmueble, incluso, aseguraron ayer que esa misma noche escucharon gritos de socorro desde el piso de la víctima.
Una amiga, angustiada al no tener noticias de ella, acudió a la vivienda de la víctima, pero al seguir sin tener noticias de ella decidió dar avisó a la Ertzaintza, que se encontró con un escenario dantesco al entrar en el domicilio. La mujer, inerte, presentaba múltiples contusiones y cortes, sobre todo en la cabeza y la cara, lo que no dejaba ninguna duda de que había sido víctima de un crimen violento. En consecuencia, varias unidades se desplazaron al domicilio, incluida la Policía forense, para recabar todas las pruebas posibles sobre el terreno. Los agentes, que trabajaron en el lugar de los hechos hasta bien entrada la noche, tomaron también declaración a los vecinos del edificio, que tiene tres manos en cada uno de sus siete pisos.
Las pesquisas recabadas por los investigadores derivaron horas después en la detención de la expareja de la víctima, aunque todavía existen “dudas” de que se trate del autor material de los hechos. No en vano, fuentes cercanas al caso señalaron ayer a la agencia Efe que el arrestado “tiene una coartada” que los investigadores todavía tienen que comprobar. La Ertzaintza también estaba pendiente ayer de registrar el domicilio de esta persona, para lo que era necesaria la pertinente autorización judicial. Al cierre de esta edición, los agentes seguían interrogando al sospechoso, cuya vivienda aún no había sido rastreada. El Juzgado de Instrucción, además, decretó el secreto de sumario sobre este caso a última hora de la tarde.
A lo largo de la mañana de ayer, el macabro suceso acaecido en esta tranquila vía cercana a la nueva estación de autobuses se convirtió en la conversación más repetida de los corrillos del barrio. Enrique, vecino del número 4 de Guayaquil, justo al lado del escenario del crimen, se topó con la operación policial desarrollada sólo unas horas antes mientras regresaba a su casa tras unas merecidas vacaciones. “Tanto coche nos llamó la atención, porque es una zona muy tranquila. Esto es una sorpresa”, confesaba en declaraciones a este diario.
poco conocida Entre los vecinos del número 2, la sorpresa por el trágico final de esta mujer también era palpable, aunque la mayoría apenas había intercambiado unas pocas palabras con ella desde que era vecina de este portal. “La comunidad no se relacionaba mucho con ella”, aseguró una residente que prefirió mantener el anonimato. “La he visto una vez, pero si me la volviese a encontrar por la calle no la conozco”, replicó otra vecina, que resaltó el carácter “huidizo” de la víctima, de intentar “evitar el contacto” con el resto de inquilinos. Otro residente corroboró, por su parte, que “nunca” había dado problemas en su convivencia con los demás.
En el número 7 de Beato Tomás de Zumárraga, donde se ubica el bar Bugatti, y también en sus alrededores, la muerte de esta mujer también ha causado impacto, lógico si se tiene en cuenta que se trata de la primera muerte violenta de la que hay constancia en lo que va de año en la capital alavesa. El local permanece cerrado a cal y canto desde este lunes.
El último asesinato tuvo lugar hace casi año y medio, el 22 de mayo de 2013, cuando el cadáver de un hombre de 52 años fue localizado en un garaje comunitario del barrio de Lakua y días después la Ertzaintza detuvo a un menor, compañero de trabajo de éste, como presunto autor del homicidio. Sólo unas semanas antes, el 9 de mayo, los agentes se encontraron en un domicilio del mismo distrito los cuerpos sin vida de un matrimonio en avanzado estado de descomposición tras un caso de violencia machista.
Hallazgo. La Ertzaintza encontró el cuerpo sin vida de la víctima a las 17.15 horas del lunes, tras recibir el aviso de una amiga, preocupada porque no daba señales de vida desde el viernes. Presentaba diversas contusiones y cortes, lo que no dejaba dudas sobre la autoría de un crimen.
Investigación. Al parecer, la joven pudo morir en la madrugada del viernes al sábado, cuando algunos vecinos escucharon gritos procedentes del piso de la víctima. Tras recabar las primeras pesquisas, los agentes detuvieron ayer a una expareja de la mujer. A última hora de la tarde, el Juzgado decretó el secreto de sumario.
Hipótesis. Los investigadores se inclinan por que el móvil del crimen está relacionado con un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas, dados los antecedentes de la víctima y que no constan denuncias por violencia de género. Con todo, tampoco descartan esta segunda opción.
Este vecino del número 4 de la calle Guayaquil fue testigo de la operación policial del lunes tras llegar de unas vacaciones.
Varios residentes coincidieron en que la mujer asesinada no tenía demasiado contacto con el resto de inquilinos, que describieron su carácter como “huidizo” o de “evitar el contacto” con los demás.
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La muerte violenta de esta mujer es la primera de la que se tiene constancia este año en la capital alavesa. La última tuvo lugar hace año y medio en un garaje comunitario del barrio de Lakua.