- “Somos gasteiztarras y la Vitoria que amamos es una ciudad abierta, integrada por la totalidad de sus habitantes, solidaria con quien más lo necesita, una ciudad que aprecia la diversidad (de edad, de situación social, género, origen...). Necesitamos personas responsables en la política de esta ciudad, que impulsen la cohesión entre toda la población y que no cometan estafas con el dinero de la ciudadanía”.

Casi ochenta vitorianos firman esta sencilla declaración que se hizo pública ayer en Gasteiz, en euskera y castellano, como reacción a la campaña de estigmatización a los inmigrantes liderada por el alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, y secundada por el diputado general, Javier de Andrés, con el aval del Partido Popular vasco.

Bernardo Atxaga encabeza una lista en la que figuran Karmele Jaio, Antonio Altarriba, Juan Ibarrondo, Patxi Zubizarreta, Toti Martínez de Lezea, Oihane Perea, Rubén Sánchez, Bingen Mendizabal, Gari, Virginia de la Casa, Mikel Urdangarin, Gorka Aginagalde, Unax Ugalde, Blanca Urgell, Verónica Werckmeister, Iñaki Larrimbe, Juanito Oiarzabal, los hermanos Pou, Oier Zearra o Eneko Etxebarrieta. Escritores, músicos, profesores universitarios, actores, aventureros, bertsolaris, escaladores, pelotaris, exalcaldes, sacerdotes, fotógrafos o periodistas que viven su día a día en la ciudad o pasean su nombre más allá de sus fronteras han estampado su firma bajo el texto. Vitorianos nacidos en Amorebieta, Legazpi, Galdakao, Ordizia, Bilbao, Asteasu, Donostia, Zaragoza o Los Ángeles, y por supuesto Gasteiz, han dado “un golpe encima de la mesa”.

Así lo explica Iban Zaldua, escritor, profesor de Historia Económica en el campus alavés de la UPV y uno de los promotores de una iniciativa que no nace con ánimo de continuidad, sino más bien con el propósito de dar un “aldabonazo” que alerte a la sociedad vitoriana sobre el peligro de cargar en el diferente la frustración social ante la crisis económica.

“La declaración ha nacido fruto de la iniciativa de unas pocas personas preocupadas por el clima que se está creando a partir de las declaraciones del alcalde y del diputado general, pensábamos que había que hacer algo, no tanto un manifiesto como una declaración de mínimos en la que queremos subrayar la parte positiva de lo que es o debería ser Vitoria con respecto a la cuestión de la diversidad y la cohesión social”, señala Zaldua, quien recuerda que lo que dice más allá de la literalidad de la declaración es su propia opinión personal. “Esta es una tierra de inmigrantes desde hace mucho tiempo”, recuerda el escritor.

La idea nació no hace ni dos semanas. “Enseguida empezamos a recabar firmas y nos dimos cuenta de que la gente tenía muchas ganas de pronunciarse en este aspecto”, explica el escritor. Zaldua afirma que aunque el texto pretende “subrayar lo positivo”, también pone de manifiesto “la irresponsabilidad por parte de las autoridades que promueven ciertas actitudes discriminatorias a través de una cuestión tan delicada como la de las ayudas sociales y dejando de lado toda la cuestión de la corrupción, que hoy en día le costado mucho más al Estado del Bienestar que el poco dinero que se pone para intentar paliar las situaciones más desesperadas que ha producido esta crisis. Es el momento de decir basta”.

Es una irresponsabilidad, afirma el escritor, pero también “un peligro que el poder político, en este caso local y provincial, promuevan esto, con el tirón que puede tener entre cierta gente. Que estas cosas se promuevan desde grupúsculos de la ultraderecha... siempre ha habido y habrá un sustrato de este tipo”, reflexiona Zaldua. Sin embargo, actitudes como las planteadas desde hace cuatro meses desde el Ayuntamiento precisaban de “un toque de atención” materializado en la declaración conocida ayer.

Por eso la cantidad y el renombre de los firmantes, en muchos casos reconocidos en innumerables ocasiones por las instituciones alavesas, es tan importante como el propio contenido de la declaración. “Queríamos que la iniciativa tuviera un cierto peso y nos ha sorprendido la rapidez y las ganas con las que la gente ha respondido”, explica Zaldua. De hecho, asegura, el texto podría haber seguido abierto a más adhesiones, “pero hay una sensación urgencia con este tema” y tocaba responder ya. Más adelante “vendrán iniciativas más globales y cohesionadas, a partir de los movimientos sociales, y seguramente habrá un manifiesto, más allá de esta declaración, que es algo puntual, y en el que participaremos muchos de los que hoy estamos aquí”, concluye.