gasteiz - La investigación abierta por el Ararteko en torno a la trágica pérdida de Anne Ganuza, la niña de Trebiño que falleció por la complicación de una simple varicela, concluye que la actuación de la Administración sanitaria vasca y de Osakidetza fue correcta. Así se desprende de las conclusiones del informe elaborado por el Defensor del Pueblo Vasco, que decidió investigar este caso de oficio días después de la tragedia, que tuvo lugar el pasado 17 de marzo. El Ararteko llega en su informe a varias conclusiones, entre las que destacan que los responsables sanitarios intervinieron “de acuerdo con la trascendencia” que demandaba el suceso, que la ubicación del domicilio de Anne -en La Puebla de Arganzón- “no influyó” en la respuesta del servicio telefónico 112 ni en la coordinación médica de Osakidetza, y que la actuación de la Administración sanitaria “fue la adecuada”, tanto antes como después del fallecimiento. A juicio del Defensor del Pueblo, también funcionó correctamente el protocolo de coordinación entre los servicios sanitarios de la CAV y Castilla y León.

Con todo, el Ararteko aclara en su resolución que el caso se encuentra en manos de los tribunales tras la denuncia realizada por los padres de la pequeña y que éstos serán los que determinen si hubo o no responsabilidades penales por posibles negligencias en la muerte de la niña.

La institución encabezada por Iñigo Lamarca argumenta en su informe que a pesar de que existe este procedimiento judicial en curso, le corresponde investigar determinados procedimientos de los servicios sanitarios como fue la solicitud de asistencia sanitaria por parte de la madre de Anne al 112. El informe argumenta que las distintas instancias públicas implicadas en este caso actuaron “correctamente” y pone de relieve que la autopsia desveló que aunque los sanitarios le hubieran prestado asistencia médica a la niña media hora antes, ésta no habría sobrevivido porque el fracaso multi-orgánico que padeció debido a un shock séptico “estaba presente con anterioridad”.

En un extracto del informe recogido por la agencia Efe, el Ararteko también destaca que aunque la niña fue trasladada el 16 de marzo, un día antes de fallecer, al servicio de Urgencias de Txagorritxu al empeorar la varicela que sufría, es posible que en ese momento “no presentara ningún signo de gravedad”, ya que la sepsis bacteriana que le sobrevino “puede aparecer en pocas horas”.

una actuación inadecuada Una conclusión similar a la que dio a conocer en su día en el Parlamento Vasco la jefa de Pediatría del HUA, María Pilar Botella, al dar a conocer el resultado de la investigación abierta por Osakidetza para esclarecer las circunstancias de este trágico fallecimiento. “Desgraciadamente, la medicina no puede evitar todas las muertes”, lamentó Botella.

Una muerte “fulminante” y fruto de una grave “complicación puntual” que, según las indagaciones realizadas por el ente público vasco, solamente destapó una actuación inadecuada por parte de los servicios sanitarios, la de la médico del 112 que atendió telefónicamente a la familia minutos antes del fallecimiento.

La investigación de Osakidetza concluyó que la decisión de enviar al médico de guardia de Trebiño al domicilio familiar en lugar de una ambulancia medicalizada constituyó “un déficit manifiesto de gestión proactiva de la situación” por parte de esta profesional, lo que le valió la apertura de un expediente disciplinario y enfrentarse a una falta con su correspondiente sanción tipificada en el ordenamiento jurídico.

No obstante, haber movilizado ese transporte sanitario “no habría cambiado el curso de los hechos” ante la gravedad del estado de salud que presentaba Anne, según advirtió Osakidetza. La niña falleció en la Urgencias del HUA sólo un día después de haber sido atendida allí y enviada de nuevo a casa tras estabilizarse su estado.