la bicicleta supone para la gran mayoría de los vecinos de Gasteiz un medio de transporte económico, limpio y cómodo para realizar las tareas del día a día. Para muchos otros, pedalear es la mejor manera de disfrutar de la naturaleza y hacer un completo ejercicio sin apenas salir de sus límites geográficos, gracias al Anillo Verde y a su extensa red de bidegorris. Los hay, por supuesto, que conjugan ambas aspiraciones, pero en la Vitoria green también han comenzado a despuntar otro tipo de bicicleteros para quienes desplazarse a dos ruedas supone, simplemente, una forma de ganarse la vida.

Empresas de mensajería o de reparto a domicilio en bicicleta, el alquiler de este tipo de vehículos o los propios bicitaxis son sólo algunos de los numerosos modelos de negocio implantados en la ciudad donde los presupuestos se cuadran pedaleando. De ello saben mucho Gustavo Seoane, socio de la mensajería Enbizi, Jhohans Ovalle, responsable de la firma de alquiler de vehículos Capital Bikes, y Frank Schlimgen, el encargado de traer los taxis a pedales, en este caso de tres ruedas y también eléctricos, a Gasteiz. Tres emprendedores que han abierto las puertas de sus aventuras empresariales a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA para dar a conocer algunos de sus secretos.

Enbizi, la empresa de mensajería y paquetería que Seoane y su socio Oier Iñigo pusieron en marcha en noviembre de 2009, se apoya en tres adjetivos que comienzan por e a la hora de definir el valor añadido que proporciona a sus envíos, realizados siempre en bicicleta: Eficientes, por la rapidez y la reducción del tiempo de entrega de los paquetes; ecológicos, por el respeto al medio ambiente derivado de sus cero emisiones de CO2; y económicos, dado que ofrecen precios competitivos gracias a la reducción de costes.

Concluidos sus estudios universitarios, y ante la dificultad de trabajar por cuenta ajena debido a la incipiente crisis, estos dos jóvenes gasteiztarras comenzaron a darle vueltas a la cabeza para poner en marcha un negocio que les permitiese, básicamente, “vivir”. Lo hicieron durante un viaje por Europa, donde las bicimensajerías son negocios asentados. “No teníamos dinero y tampoco queríamos ir al banco. Nuestra idea era hacer una inversión mínima, con poco riesgo. Siempre nos había gustado la bicicleta y se juntó un poco todo”, explica Seoane.

Tras hacer números, iniciaron su andadura sin un local propio pero con una intensa labor comercial, de “tocar muchas puertas”, para captar a sus primeros clientes. Meses después fueron aceptados en el programa de revitalización comercial del Casco Viejo y lograron alquilar el local del número 70 de la calle Herrería que a la postre se convertiría en su oficina y almacén actual a un precio “bastante asequible”. “Empezamos llevando revistas, documentos para asesorías y despachos... Somos un suplemento a las mensajerías tradicionales, llenamos ese hueco que no cubren empresas como Seur, que no se mueven a nivel local”, explica el joven emprendedor.

Actualmente, el grueso del negocio de Enbizi se centra en el trabajo con asesorías y en el transporte de ficheros, sobres, cajas y otro tipo de gestiones similares, para las que es habitual trasladarse hasta los numerosos polígonos industriales de la ciudad. “Haremos una media de 50 kilómetros al día. De momento tenemos negocio, aunque con altibajos. Podemos estar un mes en el que está todo parado y luego al siguiente no damos abasto”, desvela Seoane. Su particular flota se compone de dos enormes bicicletas de carga -como la de la fotografía de la derecha-, dos más de recorridos medios y otras dos de ciclocross, para surcar el anillo exterior, cuando deben salir a Jundiz o Gamarra. “El gimnasio está asegurado. Esto te tiene que gustar, porque ya nos han pillado dos o tres nevadas gordas. Y con la lluvia... también cuesta”, reconoce Seoane.

El boom de la movilidad en bici por las calles de Vitoria también ha servido a Jhohans Ovalle y a su empresa de alquiler de bicicletas, Capital Bikes, para crecer y diversificar el negocio desde que iniciase su actividad en los primeros compases de 2013.

En un principio, y guiada por el lema En tus manos y donde estés, la empresa se dedicó exclusivamente al préstamo de bicicletas con la ventaja de que el cliente podría contar con su vehículo donde lo pidiese y al momento. La empresa nunca ha contado con una sede física, se mueve en furgoneta y desplaza así las bicis, con lo que eso supone en cuanto a ahorro de costes. Ovalle, colombiano de origen, siempre quiso montar un negocio, pero por falta de tiempo o dinero tardó en dar con la tecla adecuada. Capital Bikes es, de momento, la plasmación concreta de esa búsqueda.

“Empezamos con 20 bicis para alquilar y ahora hemos llegado hasta las 35”, explica el joven, que con el tiempo ha comenzado a ofrecer numerosos servicios adicionales para dar vida a un negocio cuya época fuerte transcurre “en primavera y verano”, gracias a la buena climatología y a la numerosa presencia de turistas. El alquiler de larga duración para los estudiantes Erasmus es un buen ejemplo de esa proliferación de nuevos servicios.

Otro de los nuevos nichos de negocio que Ovalle quiere comenzar a explotar es el de la seguridad vial, el de enseñar a los jóvenes de Gasteiz a montar en bicicleta, a circular por las calles de la ciudad con seguridad y a hacerles aprender la nueva normativa ciclista. Las bicicolonias, una actividad dirigida también a niños a partir de ocho años, a caballo entre lo educativo y lo lúdico, sí ha sido puesta en marcha con la participación de algunos centros escolares franceses.

En la actualidad, Capital Bikes está intentando cerrar un acuerdo con el Centro de Estudios Ambientales (CEA) para desarrollar tanto las actividades de educación vial como nuevas visitas guiadas por lugares significativos del anillo verde. “Estamos en constante crecimiento y evolución y bastante contentos por los resultados, porque los servicios están teniendo una buena aceptación. Aunque todavía hay mucho por crecer”, reconoce el joven.

Otra de esas apuestas empresariales fuertes que tienen su base en los pedales, los bicitaxis, cumplirá dos años desde su llegada a las calles de Gasteiz este mismo domingo. La empresa ViGa Rickshaw, comandada por Frank Schlimgen, gestiona el transporte a través de este tipo de vehículos de tres ruedas y dotados también de un pequeño motor eléctrico. “Mucha gente decía que esto no iba a funcionar, pero seguimos andando”, celebra este extrabajador de Mercedes natural de Colonia.

Schlimgen, que se refiere a esta aventura profesional “más como a un proyecto que como a una empresa”, cree que con el tiempo ha logrado cumplir dos de los objetivos fundamentales que se había marcado en un principio, pese a las “dificultades” encontradas por el camino: “Enseñar a la gente que este transporte funciona y contratar a personas con problemas para acceder al mercado laboral”, enumera. El programa Incorpora impulsado por la fundación La Caixa es una de las herramientas que, por ejemplo, dio una oportunidad a Papa Fode Sarr, uno de los dos conductores de ViGa Rickshaw que actualmente hay en la ciudad. Fode Sarr, que antes de subirse al bicitaxi fue ayudante de cocina -entre otros muchos oficios-, recoge a sus dos primeros clientes fijos a primera hora de la mañana, dos jóvenes hermanos a los que lleva al colegio desde la puerta de casa. También desplaza a personas mayores al hospital, de la peluquería a casa, a turistas... “En fiestas trabajamos muy bien, pero ahora podemos hacer tres o cuatro viajes diarios y al día siguiente, ninguno”, lamenta.

Schlimgen maduró la idea a partir de sus numerosos viajes a través del mundo, tras comprobar que ni en la green Vitoria ni en ninguna otra localidad del entorno existía este tipo de transporte limpio y económico.