Laguardia - Durante los pasados días festivos de la Semana Santa, los visitantes de Laguardia han tenido la oportunidad de visitar el Museo de la Sociedad de Amigos de la Historia de esta villa, que ahora ha vuelto a cerrar sus puertas hasta, probablemente, el próximo verano, ya que la atención a las visitas las realizan voluntarios de esta asociación.

Estitxu Beistegi, secretaria de la sociedad, es una de las personas que permanece al pie del cañón mostrando la historia de Laguardia desde la Prehistoria hasta el siglo XXI, haciendo un repaso muy cortito a los acontecimientos más puntuales, y por los yacimientos más destacados de Rioja Alavesa y algunos episodios de la historia moderna, como las guerras carlistas, la Guerra Civil, curiosidades de Laguardia, personajes famosos, antiguas empresas ya desaparecidas, el mundo del vino etcétera.

El museo está instalado en el mismo sitio donde hace 75 años ya estaba, también organizado por la Sociedad de Amigos de Laguardia. "Luego se hundió, comenta Beistegi, y al construir los actuales edificios, la Diputación nos cedió estas lonjas para volver a instalar el museo". Una parte importante de la instalación es el calado tan impresionante con que cuenta y que lleva hasta el Palacio de Samaniego por las entrañas de la villa.

Por eso, desde que se reabrió el museo han estado colocando en el calado, en sus salas, una enorme colección etnográfica que recuerda la forma de vivir de las gentes de Laguardia. Entre esas piezas destaca una gran cantidad de botellas de vino, utensilios vitivinícolas, hierros de marcar y un sinfín de elementos de la historia de la villa. Tras una puerta en arco, que permanece cerrada, el calado comunica con el Palacio de Samaniego.

En la planta superior, la primera a nivel de calle, las vitrinas muestran desde libros del fabulista hasta piedras de moler romanas, pasando por cerámicas, cuadros y otras muchas piezas.

La reapertura del museo es complicada, "siempre es difícil, explica la responsable de la sociedad, porque esta es una colección privada, nosotros somos una asociación sin ánimo de lucro, no tenemos personal asalariado y las instituciones no nos ponen a una persona que se responsabilice". Por eso, el museo lo abren socios voluntarios "y dependiendo de quién pueda abrirlo lo podremos hacer los fines de semana de verano, especialmente en los momentos que más turismo tengamos en Laguardia", apunta. Y es que ese espacio se mantiene gracias tan solo a la colaboración de los socios, ya que "no tenemos subvenciones, excepto para actividades puntuales. No contamos con ningún tipo de ayuda directa para el museo".

En el recinto se pueden admirar piezas sorprendentes, tanto de los yacimientos arqueológicos como provenientes del pueblo. Es el caso de la bandera de Laguardia, la primitiva, que se ha logrado conservar aunque estuvo aquejada de moho. Otra de las estrellas es la colección etnográfica, que ocupa casi todo el calado y que gusta sobre todo a la gente mayor, ya que la mayoría de esas piezas habían ido desapareciendo de la vida rural. También hay muchos objetos de la Guerra Civil, la inmensa mayoría guardados, aunque se ha expuesto en una ocasión en la Casa Garzetas, el caserón donde se encuentra la oficina de turismo. Uno de estos objetos tiene connotaciones dolorosas, ya que se trata de una de las bombas que se utilizaron para el bombardeo de Gernika, que tiene un tamaño impresionante.

En los años 30 La historia de la Sociedad de Amigos de Laguardia se remonta a la década de los años 30, cuando Álvaro Gortazar, Carlos Sáenz de Tejada y otras personas influyentes en aquella época decidieron hacer una asociación y en su afán coleccionista fueron reuniendo piezas de yacimientos, en los dólmenes y otros lugares, así como recuerdos de la guerra y en general todos los objetos que ellos creían que podían servir para crear un museo. El testigo fue pasando de una generación a otra y así se ha podido mantener el museo, que en la actualidad es de los 354 socios de la entidad, que pagan tan solo doce euros al año de cuota.

La sociedad, además de estas aperturas esporádicas del museo, organiza otras actividades, como las jornadas de noviembre dedicadas al fabulista Samaniego. "Este año tuvimos visitas teatralizadas y en marzo el encuentro de corales", añade Beistegi. "Son nuestras principales actividades, aunque este año nos hemos implicado en los actos de celebración del 850 aniversario del fuero, que organiza el Ayuntamiento de Laguardia y en los que colaboramos todas las asociaciones de la localidad". El otorgado a la villa y sus aldeas por Sancho el Sabio un 25 de mayo de 1164.