AGURAIN - El lunes de Pascua, desde tiempo inmemorial, los aguraindarras acuden en romería a Sallurtegi o, como dicen ellos, Sallurti, debido a que la Virgen es la patrona de Agurain. El documento más antiguo en el que aparece esta festividad data de 1597, pero sin duda su celebración es anterior. Sallurtegi es un caserío situado un par de kilómetros al sur de Agurain, a la derecha según subimos a Opakua. Antes fue una aldea, de las que en la edad media rodeaban la antigua Agurain. Fue de las que, tras la fundación de la villa en 1256, se despobló, junto a otras como Ula, Paternina, Albizuri, Zumalburu, Zornostegi, Udala, Kirku, Berezeka, Abitona y Mostrakon. De aquellas aldeas no solía quedar más que la parroquia, convertida en ermita. Las viviendas, construidas con materiales poco resistentes, como la madera y el adobe, probablemente con cubiertas de paja, desaparecieron pronto, pero las iglesias, construidas en piedra, se mantenían, habitualmente convertidas en ermitas, la mayor parte de las cuales, con el paso del tiempo, han ido desapareciendo. En el caso de la de Sallurtegi, la iglesia quedó englobada en una casa de labranza, lo mismo que ocurrió con la cercana de Ula.

La iglesia de Sallurtegi tras el despoblamiento de la aldea allá por los siglos XIII y XIV, sobrevivió como ermita, de cierta importancia, ya que en algunos documentos antiguos se la denomina basílica. Propiedad del concejo de Salvatierra, fue vendida en 1864 a un particular que la transformó en casa de labranza. La habitaban entonces unas monjas que pasaron al Hospital de Santa María, llevando con ellas la imagen de la Virgen. En los años sesenta del siglo pasado, el hospital fue derruido y en su solar se construyeron viviendas. Data de entonces el traslado de la imagen a la iglesia de Santa María.

La imagen de la Virgen de Sallurtegi es una Andra Mari policromada del siglo XIII, muy restaurada, ya que a lo largo de su historia ha padecido las más diversas vicisitudes. En el final de la época barroca, cuando el mayor exceso ornamental parecía poco, se instauró la moda de las imágenes vestidas. Las esculturas pasaron a ser armazones, en los cuales las únicas partes esculpidas eran la cabeza y las manos, el resto se cubría con mantos, pelucones y trajes a medida de quita y pon. Las feligresías competían en la riqueza de los brocados y pedrerías de sus imágenes, que ostentosamente paseaban en las procesiones. La Andra Mari de Sallurtegi no fue ajena a estas modas. La imagen fue cortada y revestida de ropajes. Existe una pintura de la época que atestigua su aspecto de entonces. Afortunadamente luego fue restaurada, recuperando su aspecto original.

En Sallurti, una réplica de la Andra Mari en el muro del caserío, da testimonio de la presencia allí durante siglos de la patrona de Agurain, tal como recuerda la letra de su canción. "Desde esa altura, con gran ternura, sobre tu pueblo siempre velaste, hasta que un día de triste suerte, con honda pena lo abandonaste".

La fiesta Hasta hace unos treinta años, el lunes de Pascua no era festivo, entonces la fiesta de Sallurtegi empezaba a las cinco de la mañana con el canto de la aurora. Ahora la salida se ha trasladado a las siete. Tras la aurora llega el momento de la procesión. En cabeza van doce faroles, que representan el Pater noster, las diez ave marías y el gloria de un misterio del rosario, cada uno portado por un parroquiano o parroquiana. Detrás, la imagen de la Virgen sobre unas andas adornadas con flores, llevadas por mujeres, mientras los fieles cantan la salve. De regreso a Santa María, a eso de las nueve y cuarto, tiene lugar la celebración de la misa. Tras ella es el momento del chocolate caliente. Lo típico de este día son los bollos de Sallurtegi. Se trata de un bollo de masa de huevo con un chorizo en su interior, cocido a la vez que el bollo. Reciben también el nombre de ronzapil, palabra que proviene del euskara arrautz-opil, es decir, bollo de huevo. La tradición dice que los padrinos deben regalar en este día a sus ahijados uno de estos bollos. Antiguamente, el día de Sallurtegi era el más festejado por los niños. Entonces, se organizaban juegos para la chiquillería en la plaza de Santa María.