en una época en la que los transportes públicos están en peligro por no ser rentables, a pesar de ser servicios públicos, todavía conservamos el recuerdo de aquel tren de vía estrecha que unió Bergara con Estella, pasando por Vitoria-Gasteiz, cubriendo una distancia de 143 kilómetros. Oficialmente se llamaba Ferrocarril Anglo-Vasco-Navarro, pero la gente lo conocía como el Vasconavarro o, más coloquialmente, como el trenico, seguramente por comparación con el otro el de la RENFE de vía ancha.
La propuesta inicial, que tuvo su origen en 1879, nada más reprimida la sublevación carlista y ejecutada la abolición foral, consistía en una línea ferroviaria que uniría los cuatro territorios vasconavarros, partiendo de Durango y llegando hasta Lerín. Eran otros tiempos. El anteproyecto lo realizó el ingeniero Juan José Herrán y Ureta, natural de Salinas de Añana. En 1882 se presentó el proyecto en Madrid y, una vez aprobado, Joaquín Herrán, sobrino del ingeniero, y Wenceslao Martínez consiguieron la concesión para la explotación de la línea. Joaquín Herrán era abogado, masón, republicano y fuerista. Fue alcalde republicano de Vitoria durante tres meses, desde el 8 de octubre de 1873 hasta el golpe de estado del general Pavía, que acabó con la Primera República. A ambos, tío y sobrino, está dedicada la calle vitoriana de Los Herrán, situada precisamente por donde pasaba la vía del tren.
Ambos socios tuvieron dificultades para encontrar el capital necesario para realizar las obras, que ascendía a dieciocho millones de pesetas de entonces. Por fin consiguen capital inglés, con lo que en 1886 fundan la empresa The Anglo-Vasco-Navarro Railway Company Limited. Las obras comenzaron con el tramo Salinas de Leintz-Vitoria, que se inauguró el 17 de febrero de 1889. La primera locomotora de la línea, una Falcon inglesa, recibió el nombre de "Euskalerria". Surgieron entonces diversas dificultades. Uno de sus accionistas, la Banca Artola, quebró en 1897, arrastrando también a la quiebra a la compañía. Los trabajadores, que no recibían sus sueldos, abandonaron las obras y el Estado se hizo cargo de la explotación del tramo abierto, quedando paradas las obras.
En 1914, Eduardo Dato, del Partido Conservador, que entonces era presidente del gobierno y había sido diputado en las Cortes por Álava, se propuso dar un nuevo impulso al proyecto. Involucró para ello a las diputaciones de Álava, Gipuzkoa y Navarra, consiguiendo la reanudación de las obras, prolongando así la línea hasta Bergara. Paralelamente, se inician las obras de la línea hacia Estella, con la construcción de la estación de Vitoria. El tramo Vitoria-Estella se inauguró en 1927. Previamente, en 1923, se había realizado un ramal entre Bergara y Oñati. También se hizo una unión con Zumarraga. En 1938 queda toda la línea electrificada. En 1948 se construyó un ramal hasta Estibaliz.
La línea férrea del vasco-navarro se clausuró el 31 de diciembre de 1967, debido a no poder asumir la competencia con el transporte por carretera. De aquella línea han quedado algunas de sus estaciones, adaptadas para otros usos y, por supuesto, su trazado, que hoy es la llamada Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro, que puede ser recorrida en bicicleta todo terreno.
La Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro, perteneciente a la Red de Itinerarios Verdes del Departamento de Medio ambiente de la Diputación Foral de Álava, consiguió en 2013 el tercer puesto en el premio de Vías Verdes de Europa. Entra en el territorio alavés por el puerto de Arlaban, dirigiéndose por una pista de grava paralela a la carretera, hasta Landa. De allí, se llega hasta la antigua estación de Legutiano y, luego, a Urbina. En este tramo hay que pasar varias veces bajo la autopista AP8. Ahora avanzaremos paralelos al río. Se trata del río Santa Engracia, que proviene del pantano de Urrunaga. De esa manera, por pistas de parcelaria, entre fincas de cultivo, pasaremos por las antiguas estaciones de Erretana y Durana y, tras dejar a la derecha Gamarra Menor, pasaremos bajo la N-I, para cruzar el río Zadorra, en pleno anillo vede de Vitoria-Gasteiz, catalogado como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). Nos encontramos en el Parque de Gamarra. Desde Arlaban habremos recorrido 12,5 kilómetros.
De aquí podemos avanzar hacia el centro de la ciudad por el carril bici, hasta llegar al polígono Industrial de Oreitiasolo. De allí cogemos la carretera que enlaza con la de Estella, hasta el complejo deportivo de Olaranbe, a unos dos kilómetros de Vitoria, tras el cual, en la primera curva, cogeremos una desviación a la derecha, que nos llevará a la estación de Otazu, donde comienza el itinerario balizado de la Vía Verde, que podremos observar en un panel informativo. A partir de este lugar encontraremos estos paneles informativos a lo largo de todo el recorrido.
El camino, que dibuja una suave cuesta ascendente, pasa por Aberasturi y Andollu, que conservan sus antiguas estaciones. De allí parte el ramal que sube al Santuario de Estibaliz. De Andollu seguimos hacia Trokoniz y Erentxun, con un túnel entre medio y, de allí, pasando junto a una balsa y bordeando el bosque, iremos hacia Jauregi y Ullibarri-Jauregi.
Antes de llegar e ese pueblo, el itinerario pasa junto a la antigua subestación de Rotalde, construida en los tiempos de la electrificación de la línea. De allí la ruta gira decididamente hacia la derecha, dirección sur, internándose, ahora sí, decididamente en el bosque.
Aquí, el ferrocarril atravesaba el túnel de Laminoria, de 2.200 metros de longitud, una auténtico alarde de ingeniería para la época, pasando ya a la Cuadrilla de Kanpezu. En la actualidad el túnel está impracticable, por lo que, para continuar, es preciso subir al puerto de Gereñu, descendiendo luego a Maestu. De esa manera cogeremos el camino junto a una balsa, subiremos al puerto y bajaremos hasta enlazar con la carretera de las canteras de Laminoria, que nos llevará hasta la ermita de Santo Roribio, en término de Zikujano, desde donde recuperaremos el antiguo trazado del tren, para llegar a su apeadero y, luego, tras el túnel de Leortza, a Maestu.
De allí la rutanos llevará por el parque de Zumalde y la ermita de la Soledad a Atauri y, pasando puentes y túneles, a Antoñana, donde se encuentra el Centro de Interpretación de la Vía Vede del Ferrocarril Vasco-Navarro, instalado en tres antiguos vagones del tren, junto a la estación, que hoy es una casa particular.
De allí, tras haber recorrido 41,9 kilómetros desde Vitoria-Gasteiz, llegaremos a Santa Cruz de Kanpezu. La ruta continua, ya por la Comunidad Foral de Navarra, hasta Estella, donde el magnífico edificio de la estación alberga en la actualidad la estación de autobuses y diversas dependencias municipales.
Propuesta inicial. En 1879, nada más reprimirse la sublevación carlista y ejecutada la abolición foral, consistía en una línea ferroviaria que uniría los cuatro territorios vasconavarros, partiendo de Durango y con llegada en Lerín.
Clausura. La línea férrea se clausuró el 31 de diciembre de 1967 al no poder asumir la competencia del transporte por carretera. De aquella línea han quedado algunas de sus estaciones, adaptadas para otros usos, y por supuesto, la Vía Verde.