Galarreta, un pueblo con mucha historia
Situada al pie del camino real de postas, hubo en la localidad hasta tres torres de ilustres linajes
Galarreta, en la actualidad, es un pueblo perteneciente al municipio de San Millán, con 45 habitantes empadronados. Como la mayor parte de los pueblos alaveses, su población ha ido disminuyendo con el tiempo, debido al retroceso de la importancia del sector primario, con el consiguiente aumento, a nivel general, de los otros sectores y el trasvase de población a las áreas urbanas, acentuado por la mecanización del campo. Se sabe que en 1850 Galarreta tenía 194 habitantes, pero hay una noticia datada en 1572, proveniente de un escrito debido al viajero italiano Giambatista Venturino, que pertenecía al séquito del patriarca de Alejandría, el cardenal Alessandro Riario, nombrado nuncio de la Santa Sede en el Reino de España, quien relata que esta localidad contaba entonces con cien hogares, esto es, unos 500 habitantes, dato tal vez exagerado, pero que da idea de la importancia del lugar. En la actualidad la actividad agropecuaria es mayoritaria en el pueblo.
Galarreta, en otros tiempos, no sólo tenía más habitantes que ahora, sino que ocupaba el doble de extensión. Su importancia se debía a que estaba ubicada en la llegada a la Llanada del Camino Real de las Postas, que venía desde el Reino de Francia cruzando Gipuzkoa. De ahí su nombre, ya que Kaltzar, Galtzar o Galar es calzada en euskera, Galarreta significa pues el lugar de la calzada.
Galarreta aparece ya, como Galharreta, en el documento conocido como Ferro de Álava o Reja de San Millán, datado en 1025, en el que se enumeran los tributos que, en forma de rejas de hierro, pagaban los pueblos de la antigua Álava al monasterio navarro-riojano de San Millán de la Cogolla. Su aparición en ese documento revela su antigüedad y la de la propia calzada. Ésta entraba en Galarreta por el puente Zubibarri, llamado hoy Zuzibarri, que cruza el arroyo Estibarri. Esta infraestructura, tal como se conoce hoy, fue construida en 1702, sin duda sustituyendo a otro más antiguo.
El pueblo, antiguamente, se extendía en torno a la iglesia y de ahí hacia el sur, teniendo como eje la calzada. En la actualidad existen dos barrios, el de Abajo, junto a la iglesia, y el de Arriba, de ahí hacia el norte, pero no a lo largo de la calzada, sino por la ladera del monte. Por el sur, hoy despoblado, las casas llegaban a los lados de la calzada hasta la zona conocida como Kalzairu, que precisamente hace referencia a la población (iru) y a la calzada. El alto contiguo recibe el nombre de Irungain, es decir encima de la población, pero hoy allí no hay más que fincas. El nombre irun, iruña, la ciudad, da idea de su importancia.
En Galarreta hubo hasta tres casas torre, de las que sólo quedan las ruinas de una, la de los Velasco, que se quemó en 1925. De las otras dos, una que estaba en lo que hoy se llama Barrio de Arriba, cuyos restos pueden observarse en la casa llamada de la torre, pertenecía a los Lazcano, y de la tercera, perteneciente al linaje de los Okariz, no queda más que el recuerdo en la toponimia, en una finca llamada Pieza de la Torre, situada en el extremo sur de lo que entonces sería la población, en la que hasta que se llevó a cabo la concentración parcelaria, podían verse las trazas de sus cimientos.
Ilustres viajeros Galarreta debe su importancia a estar ubicada al pie del Camino Real de las Postas, que la cruza de norte a sur para dirigirse luego hacia Luzuriaga, pero también a que allí dicha calzada se cruza con el camino que de Araia iba a Barrundia, Ganboa y Vitoria. Otro camino que iba hacia Ordoñana, partía junto a la desaparecida Torre de Abajo, antes mencionada.
En consecuencia no es extraño que sean muchos los viajeros ilustres que han pasado y hasta pernoctado en Galarreta, dejando constancia de ello en sus escritos. Arnold von Harff lo hizo en 1499 en el curso de su peregrinación a Compostela; el príncipe Federico del Palatinado en 1538, de lo que dejó constancia su secretario, Humberto Tomás de Lieja; el mariscal François Bassonpierre lo hizo en 1621; Madame Marie-Catherine le Jumelle de Barneville, Baronesa d'Aulnoy, durmió en Galarreta en el viaje que hizo en 1679. Sin embargo, los viajeros más ilustres fueron el rey de Castilla Enrique IV y su hermana, la reina, Isabel la Católica, de quien se dice pernoctó en la torre de los Velasco.
Como no podía ser menos en un lugar con tanto tránsito de viajeros, Galarreta contaba con un hospital, hoy desaparecido, y una casa de postas, situada en el cruce de los dos caminos citados, cuyo edificio aún subsiste. Siendo solar de tan ilustres linajes, Galarreta ha sido cuna de importantes personajes. Juan Ruiz de Velasco, fue capitán de galeras en Nápoles en el siglo XVI; su nieto, Juan de Velasco, fue capitán en las guerras de Flandes el siglo siguiente. En la Torre de Abajo nacieron los hermanos Francisco y Martín de Galarreta Ocáriz, que ejercieron la carrera diplomática en los Países Bajos durante el desenlace de la guerra de los Treinta Años (1618-1648).
La iglesia de Galarreta, cuya torre la Diputación alavesa estudia por fin consolidar tras las informaciones publicadas por DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA, evitando así su definitiva ruina, está dedicada a la Asunción de Nuestra Señora. Data en sus primeras construcciones de finales del siglo XII. Era una iglesia de estilo cisterciense, transición del románico al gótico, bastante grande, lo que da idea de la temprana importancia de Galarreta. Se derruiría en su mayor parte en el siglo XVI, para construir otra renacentista. De la primitiva quedan una ventana y una de las dos portadas. Adosada al muro norte del templo católico, construyó la saga de los Velasco una capilla a fines del siglo XVI.
Los restos de la iglesia La bóveda de la iglesia se hundió en los años cincuenta del siglo XX. Se procedió entonces al traslado del retablo, hoy en la iglesia de los Desamparados de Vitoria, y al desescombro del edificio, del que quedó únicamente en pie la citada capilla de los Velasco, el muro sur, con sus dos portadas, la cisterciense y la renacentista, y la torre.
En su fachada norte, justo enfrente de las ruinas de la casa-torre, puede verse un escudo con las armas de los Velasco, los Okariz -lo que abona la suposición de la sucesión de estos linajes en su titularidad- y los Gaona. Un escudo ubicado en dicha torre, hoy desaparecido, presentaba armas de estos linajes y de los Lazarraga. Frente a la iglesia está la casa de postas, que se construyó en la segunda mitad del siglo XVI, según tradición con la piedra sobrante de la construcción de la iglesia.
Según López de Guereñu (1962) existió una ermita de San Julián, situada al sur del pueblo de Galarreta, de la que hoy no hay recuerdo. Madoz (1848) no la cita, pero sí señala una de San Martín, ilocalizada, y otra de San Pablo, quinientos metros al norte del pueblo, la cual parece que no llegó al siglo XX, al contrario de lo que ocurrió con la de San Salvador, que estaba en un alto a la orilla de la actual carretera desde Gordoa. Sobre el antiguo camino de las Postas hacia la vecina localidad de Luzuriaga, existe una cruz, llamada de Arremendi, que señalaría la entrada del pueblo en tiempos pasados.
Existen en la localidad los restos de un muelle para la carga de arcilla, destinada a la antigua fábrica de cerámica de Agurain-Salvatierra. Hay varias fuentes, tres de ellas en el casco urbano, dos con abrevadero, y la última con aljibe, llamada de los romanos, junto al puente de Zubibarri, por donde entra en Galarreta el Camino de las Postas. Quedan restos del molino, en el término Errotalde, al este del pueblo, junto al río Iligorri o Astibarri.
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