Lleva poco más de un año en Vitoria-Gasteiz, pero Carlos Vicente es ya uno de los ídolos de la afición del Deportivo Alavés. Llegó al Paseo de Cervantes procedente del Racing de Ferrol en una decisión de la que se siente “muy orgulloso” y ahora solo piensa en hacer todo lo que esté en sus botas para lograr el objetivo del club, que no es otro que la permanencia. A falta de cinco jornadas para el final del campeonato, el extremo maño se sincera sobre el rendimiento del equipo, sus altibajos durante el curso y su conexión con Mendizorroza.
¿Es muy diferente la semana cuando se viene de ganar un partido tan importante como el del otro día?
Sí, mucho. La gente llega de otra manera a Ibaia después de una victoria. Los jugadores somos al final los que más sufrimos y vivimos esto en el día a día y superar a la Real fue un alivio. Y no solo por ponernos dos puntos por encima del descenso, también por recibir por fin ese premio que tanto merecíamos por nuestro trabajo.
¿Qué se le pasó por la cabeza cuando vio a Tenaglia empujar su centro a la red? ¿Se lo esperaba?
(Ríe). No mucho, la verdad. Pero no por él, que es un jugadorazo y tenemos una relación buenísima. Simplemente, era un golpeo muy complicado. Luego, cuando vi entrar el balón, tuve un momento de euforia y ya me puse a pensar en cómo aguantar esa ventaja. En otros partidos nos había pesado la presión de ir por delante en el marcador y eso no podía repetirse de nuevo.
¿Cuánto necesitaba el equipo ese reencuentro con el triunfo en casa?
Como dices, la clave es que fue en Mendi, pues ganar ya lo habíamos hecho hace no mucho en Girona. Y también sumamos un buen punto en Sevilla. Este año nos ha costado sacar resultados en casa y teníamos ganas de celebrar tres puntos con nuestra gente, que nos ha llevado en volandas tanto en los buenos como en los malos momentos.
"Ganar a la Real fue un alivio, teníamos ganas de celebrar tres puntos con nuestra gente"
Parecía que, por calendario, iban a ser semanas muy complicadas, pero están rindiendo a gran nivel.
Así es. Como dice el Chacho, somos un equipo capaz de ganarle a cualquiera. Luego nos cuesta más contra rivales de nuestra liga, pero eso es el fútbol, impredecible. De todas formas, confiamos en hacer un buen final de temporada.
Precisamente, ¿cómo se explica eso?
No sabría decirte. No es un tema de motivación ni preparación, pues planteamos todos los partidos igual, intentando ser protagonistas. Ahí no tengo dudas. Entonces, puede que sea cuestión de rachas o de detalles. Esto último es lo que más nos ha perjudicado este curso.
A falta de cinco jornadas para el final, con dos puntos de colchón, ¿qué le hace confiar en la permanencia?
Primero, nuestro trabajo en el día a día, que es lo que nos respalda: nuestro esfuerzo en cada partido, el hecho de venir a Ibaia con ganas de mejorar, la mentalidad de sacar esto adelante… Y segundo, nuestra gente. Tener detrás una afición que apoya y suma tanto marca la diferencia, hace que uno confíe ciegamente en que va a conseguir el objetivo.
En lo personal, ¿cómo valora su campaña?
Sinceramente, estoy muy contento con la temporada que estoy haciendo. Ha habido altibajos, eso es obvio; pero pienso que esos momentos de menor participación me han hecho apretar más, que es lo fundamental para mejorar. Aun así, yo soy muy exigente conmigo mismo, siempre quiero más. Haré balance cuando consigamos la permanencia. Eso es lo único que importa ahora mismo.
¿Ve tantas diferencias entre el Carlos Vicente de agosto, septiembre y octubre, que se salía en cifras, y el actual?
Para nada. Hay veces que las cosas no salen, y no pasa nada. Somos personas, no robots, es normal pasar por altibajos. También te digo, los resultados influyen mucho en la forma de valorar a los jugadores. Todos somos muy buenos cuando las cosas van bien y muy malos cuando ocurre lo contrario. Los números son importantes, pero yo intento quedarme también con las sensaciones. Siempre con la mentalidad de mejorar.
Ha mencionado antes esos momentos de menor participación, ¿realmente le ayudaron a recuperar su nivel?
Diría que sí. Obviamente, como persona competitiva que soy, no me gustó quedarme en el banquillo, pero lo asumí con naturalidad. Hay etapas de la temporada en la que uno no está dando su mejor rendimiento y no queda otra que aceptarlo y tratar de darle la vuelta a la situación. Si te paras a lamentarte, el resto te pasan por la derecha. Ahora me siento muy bien, en un gran estado de forma, y voy a intentar aprovecharlo.
"Los futbolistas somos personas, no robots; es normal pasar por altibajos"
¿Esos descansos le vinieron mejor a nivel físico o mental? Había jugado casi todo.
A nivel físico no da tiempo a recuperarse mucho. 45 minutos arriba o abajo no influyen casi nada. Es más un impás mental, en el que debes pararte a pensar sobre lo que estás haciendo mal. A partir de ahí, simplificar y empezar por hacer bien cosas pequeñas para mejorar y recuperar el nivel.
Se dijo que la oferta que le llegó en enero pudo haberle descentrado un poco.
A ver, yo siempre te diré que no fue así, porque es lo que quiero pensar, pero es inevitable que situaciones así no te afecten. Lo mismo me ocurrió el año pasado, cuando el Alavés me llamó mientras estaba en el Racing. El subconsciente está ahí, y no es fácil gestionar estas cosas. Ahora bien, yo intento tomármelo con naturalidad. Hablé con el Chacho, me explicó lo que él creía que era mejor para mí y, con su confianza, he ido creciendo.
Atlético, Athletic, Valencia, Valladolid y Osasuna, ¿qué partido le produce mayor presión?
Siempre el más cercano, porque es en el que más nos jugamos. No te puedo decir el del Valencia o el del Pucela sin saber cómo estaremos en ese momento. Pienso que el de este sábado es un partido vital, una final. Si ganamos, será un golpe muy fuerte sobre la mesa.
Ojalá no sea el Alavés, pero tengo la sensación de que alguno de los implicados va a pinchar contra el ya descendido Valladolid.
Es posible, sí. Yo nunca he pasado por algo así, pero sí que entiendo las razones por las que un equipo descendido se vuelve trampa. Cuando juegas sin presión, aunque haya sido por el peor desenlace posible, siempre lo haces mejor. A mí también me parece un rival peligroso el Pucela, pero trabajamos para evitar sustos.
Hablando de la permanencia, ¿cómo la ve ahora mismo?
Bueno, como la llevo viendo toda la temporada. Creo que está siendo una pelea muy dura: los de abajo suman, los que parecían salvados han empezado a sufrir, todavía quedan duelos directos… Es imposible saber lo que va a pasar en estos cinco partidos, pero sé que nosotros lo vamos a sacar. No tengo pruebas, tampoco dudas.
Entendiendo que son situaciones delicadas, ¿usted disfruta de esa tensión o adrenalina de jugarse todo?
Está claro que disfrutas más cuando luchas por otras metas. Aquí, peleando por no bajar, sientes casi una obligación, ¿no? Pero sí es cierto que somos futbolistas, nos encanta lo que hacemos y es imposible no motivarse en las fases decisivas del curso. Yo, por lo menos, siempre intento disfrutar sobre el césped.