gasteiz. Cambiar algo que funciona puede traer consigo consecuencias inesperadas. La Ertzaintza vive tiempos de cambio en su organización interna. Los sufre en todo Euskadi, aunque es en Vitoria donde el resultado de este giro de guión provocó ayer la renuncia de alrededor de 40 agentes -de cerca de 45 que conformaban la unidad- a seguir con sus labores de investigación en la comisaría de la capital alavesa. Formaban parte del llamado grupo 6 o grupo flexible, centrado en tareas de información en su área de influencia y competencias -Vitoria y alrededores y seguridad ciudadana, respectivamente-. Su renuncia -tras entrar voluntarios- se confirmó en una asamblea celebrada a primera hora de la tarde de ayer. Una circunstancia que deja esta sección policial y sus casos y tareas en situación precaria.
El cambio en las condiciones laborales derivado de una nueva RPT en el cuerpo -que regula las formas de trabajo y las tareas de cada puesto y, por ende, las condiciones económicas y la organización laboral- y de la consiguiente orden del director de la Ertzaintza, fueron el detonante de esta situación que, sin embargo, tiene su origen hace más de un mes.
Desde entonces, agentes consultados por este diario indican sentirse engañados ante las nuevas formas en el cuerpo. Es más, en Vitoria ya no existe siquiera el subgrupo de la citada sección 6 de la comisaría gasteiztarra especializado en la investigación del menudeo de drogas. Precisamente, el caso de estos agentes es paradigmático, ya que su labor policial había logrado buenos resultados, hasta el punto de constituir un modelo de trabajo -el denominado modelo Vitoria- que se quería trasladar al resto de comisarías de la Policía autonómica en el herrialde, Bizkaia y Gipuzkoa.
Un miembro de este grupo lamentaba a este periódico su desaparición. De hecho, los agentes trabajan ya en otras dedicaciones tras paralizarse por completo todas las investigaciones que mantenían abiertas en la capital alavesa, donde sin ir más lejos, y según este agente, habría actualmente unos cincuenta bares que venden droga de forma habitual y a los que, hoy por hoy, no se les investiga, al menos no como antaño. De no cambiar la situación, la investigación del trapicheo de drogas quedaría fundamentalmente en manos de las respectivas Policías locales, mientras que las unidades centrales de información de la Ertzaintza seguirían haciéndose cargo de los casos relacionados con el narcotráfico organizado.
Ahora, los cuarenta ertzainas que ayer trasladaron su renuncia a seguir en el grupo 6 consideran que los responsables del Departamento de Seguridad, que ayer no quiso pronunciarse al respecto, pretenden que trabajen más por menos dinero y en peores condiciones laborales respecto a los últimos años. Ante estos cambios, portavoces del sindicato ErNE -mayoritario en la Policía autonómica- anunciaron que recurrirán la puesta en marcha de este nuevo modelo que altera sustancialmente la situación laboral, personal y salarial de los agentes del cuerpo. Así lo decidieron tras la asamblea celebrada ayer, en la que los cuarenta agentes trasladaron al sindicato su rotundo rechazo a este nuevo modelo de organización.