gasteiz. Ensanche 21 ya es historia. O al menos lo será en menos de un año tras cerrarse ayer el acuerdo de disolución de la entidad urbanística gasteiztarra. El pasado día 3 de diciembre, PNV y PP concretaron el apretón de manos necesario para evaporar la sociedad pública en busca de mayor transparencia en la gestión. La petición del grupo jeltzale fue asumida por el Gabinete de Javier Maroto para poder recabar los nueve millones de euros que necesitaban para realojar a los vecinos de la avenida de Olárizu, cuyas casas van a ser derruidas.
Restaba pulir los detalles y limar las aristas del consenso definitivo entre ambos grupos, momento que llegó ayer con el anuncio oficial de la disolución de la sociedad urbanística que se encargó en su momento de la expansión de Vitoria. Así, finiquitado el agur a Ensanche 21, los 27 trabajadores con los que contaba a día de hoy podrán respirar tranquilos, pues el acuerdo establece la recolocación de todos ellos, bien siendo reubicados en el departamento municipal o en la nueva sociedad que surgirá cual ave Fénix de las cenizas de la ya extinta entidad pública.
De cualquier forma, la disolución oficial de Ensanche 21 no debería demorarse más allá del 30 de septiembre de 2014, aunque el cambio de denominación y objeto social quedará definido antes de finalizar el primer semestre del año que está a punto de entrar a saludar. Con la desaparición de la sociedad urbanística que ha movido estos años los hilos del urbanismo gasteiztarra, las competencias en la materia regresarán así al propio Consistorio, además de las funciones de rehabilitación urbana. Una vuelta a los orígenes de la que ayer el PNV, que llevaba años solicitando la disolución de Ensanche 21, se felicitaba por considerarla "imprescindible para conseguir una mayor transparencia en la gestión".
"Había que poner fin a la errática y errónea política económica desarrollada por Ensanche 21, que ha derivado en una situación de falta de liquidez", apuntaba el portavoz jeltzale en el Ayuntamiento, Gorka Urtaran, mientras desde el Gobierno municipal se congratulaban por la posibilidad de mantener intacto el llamado plan Renove de Olárizu para el realojo de las cerca de cien familias afectadas por el derribo de sus viviendas. El Consejo de Ensanche 21 celebrado ayer por la mañana sirvió también para establecer los pasos a seguir a partir de ahora de cara al nacimiento de lo que será la nueva sociedad urbanística municipal.
Así, las tareas y competencias en planificación urbanística serán recuperadas por el Ayuntamiento una vez finalicen los trabajos de urbanización pendientes aún en los nuevos barrios de la capital alavesa. La nueva sociedad -todavía sin nombre- tendrá entre sus objetivos "regenerar y rehabilitar los espacios urbanos degradados o deteriorados, desarrollar políticas de rehabilitación de viviendas, poner a disposición pública un parque de alquiler de vivienda municipal, prestar los servicios que considere el Ayuntamiento y gestionar del patrimonio propio o cedido por el Consistorio". Para este último punto está previsto acometer durante los seis primeros meses de 2014 un estudio sobre los costes y "la conveniencia o no de trasladar el patrimonio de la sociedad al Ayuntamiento, o si se cederá a la nueva sociedad resultante una vez se disuelva Ensanche 21".
pse y eh bildu Desde el Ejecutivo local aprovecharon ayer para incidir en que "en ningún caso" la nueva sociedad que surja de la liquidación de la actual se encargará de la explotación de la nueva estación de autobuses", al tiempo que el PSE dejó bien claro de nuevo su absoluto rechazo al consenso alcanzado entre PNV y PP para disolver Ensanche 21. Y es que el grupo socialista considera que la decisión se ha tomado de forma precipitada y "sin solicitar información alguna sobre el impacto social, económico y fiscal que podría provocar en el erario público", además de asegurar que el entierro de Ensanche 21 traerá consigo "la pérdida de empleo municipal". Una aseveración que llevó ayer al PSE a solicitar la paralización de "cualquier trámite sobre la disolución de Ensanche 21" y que "no se adopte ningún acuerdo hasta que no se emitan los informes necesarios" sobre los efectos que tendrá esta desaparición.
Por su parte, EH Bildu subrayó que, aunque su deseo ha sido siempre "facilitar la disolución de Ensanche 21 ", la iniciativa debería venir acompañada de la extinción real de la entidad, en lugar de crear una nueva sociedad que surja de los restos de la antigua. La coalición abertzale aprovechó la reunión de ayer para solicitar un nuevo Consejo extraordinario para tratar su propuesta al respecto, que pasa por que Ensanche 21 realice "una transmisión global, tanto de bienes como de actividad, al Ayuntamiento". Petición a la que sumó la realización de cuatro informes -al interventor, a la secretaría general, al Departamento de Hacienda de la Diputación alavesa y al propio Gobierno municipal- para que su propuesta "cuente con todas las garantías para la institución y su plantilla".