Gasteiz. Con las luces de Navidad ya encendidas en Vitoria, los Presupuestos de la Diputación pactados y los del Gobierno Vasco camino del boletín oficial, en la capital alavesa sólo se respira incertidumbre con respecto a la guía de Gobierno para 2014. El alcalde, Javier Maroto, ha emprendido una fugaz ronda de partidos -sólo se cita con el PSE hoy y con EH Bildu mañana- con más espíritu cosmético que contenido real, pues desde hace un año viene repitiendo que su aliado natural es el PNV, el partido que paradójicamente no quiere citarse a solas con el alcalde.
La idea presupuestaria para el próximo año de socialistas y soberanistas está a años luz de la que Maroto ha presentado en público, y por mucho margen que se conceda a sí mismo el alcalde para retocar unas Cuentas conscientemente redactadas muy a la baja, ni unos ni otros parecen creer mucho en el acuerdo. Hoy, por ejemplo, Lazcoz va a pedirle a Maroto que no aplique la reforma laboral del PP.
En cuanto a los jeltzales, por mucho que los acuerdos en el palacio foral y en el Parlamento Vasco allanen el camino a Gorka Urtaran para tratar de reeditar el pacto de este año con Maroto, en el grupo municipal del PNV se resisten incluso a sentarse a hablar con el alcalde. Si no hay primero una cita conjunta entre todos los partidos para tratar de cerrar un Presupuesto unánime, idea que ya lanzó Urtaran hace meses y ante la cual no ha obtenido respuesta del Gobierno municipal, no habrá encuentros bilaterales. El grupo nacionalista ha salido un tanto escaldado de su acuerdo de este año con el PP, la oposición le ha acusado de hacerle el caldo gordo al Gobierno, y por otro lado algunos de los compromisos negociados el pasado mes de enero no han sido trasladados del Presupuesto a la realidad. Aunque ayer Urtaran defendía la validez del pacto bilateral, -"fue un muy buen acuerdo", dijo- el portavoz jeltzale en el Consistorio vitoriano quiere dejar claro que si esta vez no hay un arreglo más amplio será porque el PP o EH Bildu o el PSE no quieren.
Por ello, Gorka Urtaran resistirá hasta el final a los cantos de sirena del PP, o al menos ésa es la idea que quiso transmitir ayer, cuando compareció para criticar los severos recortes planificados por Maroto en materia de euskera, educación, juventud y cultura.
En el PNV son conscientes además de que en la ciudad ha calado una peligrosa idea. El PP retira los fondos a todo el tejido social de la ciudad, pone en peligro iniciativas culturales y solidarias, deja a decenas de colectivos sin saber si tendrán que echar la persiana después de navidades, y de esa forma el margen de Maroto para negociar, si puede ser con el PNV, es mucho mayor. A cambio, quien le apruebe las Cuentas al PP se puede erigir en salvador de todos esos colectivos de la ciudad.
Ese planteamiento hace que miles de gasteiztarras de a pie -alumnos del conservatorio de danza, las personas excluidas que atiende la asociación Bultzain, euskaltzales, vecinos de los concejos del municipio o discapacitados, entre otros- se sientan como una moneda de cambio. "Es inaceptable jugar al cambio de cromos para que venga el partido X a recuperar esas políticas", afirmó ayer Urtaran en relación a esta sensación que se percibe entre los vitorianos, y que puede acabar por devolver el boomerang presupuestario directo al cuello de quien le abra la puerta del 2014 al Gobierno de Maroto.
Recorte a la uned El último episodio de esa estrategia de cerrar drásticamente el grifo a la sociedad civil para que después lo reabran otros es la UNED, la Universidad de Educación a Distancia. Ayer el PNV denunció que el Gobierno municipal quiere retirarle la aportación, lo que abocaría a este centro a cerrar en enero. "No se puede jugar con 1.500 alumnos", denunció Urtaran, aunque después el PP matizó que la aportación municipal se verá sustituida por un aumento de la partida del Gobierno Vasco que van a plantear PNV y PSE en el Parlamento y que contará con el apoyo de los populares.
En cualquier caso, el devenir presupuestario ha derivado en la curiosa situación de esta semana, en la que el PP va a celebrar reuniones relámpago -cuando ha habido todo un otoño para negociar- con los partidos por cuya defensa el PNV no quiere hablar con Maroto. "No se puede excluir de entrada a los votantes de EH Bildu y del PSE", decía ayer Urtaran para sentenciar que si no hay un encuentro previo y conjunto de todas las partes no habrá cita entre PP y PNV. Eso sí, los jeltzales no cargan toda la responsabilidad en Maroto, y en ese sentido ayer afirmaban que socialistas y soberanistas pueden optar por "autoexcluirse" de un Presupuesto en el que, en mayor o menor medida, va a haber recortes obligados por la crisis.
Mientras, el tiempo apremia, pero sólo relativamente. El año pasado PP y PNV cerraron su pacto con el año ya comenzado, y esta vez, pase lo que pase, también sucederá con el 2014 ya iniciado, porque el plazo de enmiendas acaba el 30 de diciembre.
Por otro lado, tampoco Maroto necesita realmente un socio para lo que tiene que hacer en 2014. Las obras de la estación de autobuses o la Avenida ya tienen su financiación asegurada, por lo que la prórroga presupuestaria le bastaría para gestionar el día a día como lo ha hecho este año sin que se resienta el balance de proyectos que el PP presentará de cara a las municipales de 2015.