Como si no hubieran pasado ya cuatro meses desde que Celedón regresara a la torre de San Miguel, decenas de blusas y neskas salieron ayer a la calle para disfrutar de los diferentes actos de homenaje a los primeros blusas vitorianos. La conmemoración del 50º aniversario de la concesión a los blusas del Celedón de oro marcó ayer un día en el que alguno parecía haber enlazado directamente el 9 de agosto con el 1 de diciembre. Junto a las abarcas y los trajes, el complemento estrella fue ayer sin duda la camiseta térmica e incluso, en algunos casos, el pantalón del pijama colocado directamente bajo el traje de blusa.

Todo por combatir el frío de una jornada que arrancó a las 10.00 horas con la misa en la capilla de la Virgen Blanca y que, una hora después, tuvo uno de sus momentos álgidos en la ofrenda floral a la virgen a cargo de Luis Izaga, presidente de la comisión de Blusas y Neskas. Además del aurresku de honor a cargo de dos dantzaris, un blusa se lanzó a cantar unos versos en la balconada de San Miguel mientras la afonía luchaba por impedírselo.

A las 11.30 horas llegó el instante más emotivo de la mañana con el homenaje a Jose Mª Sedano, uno de los creadores de Celedón y primer vitoriano en recibir el Celedón de oro. Después, con la música de una txaranga de fondo, blusas y neskas -muchos de ellos luciendo ya desde primera hora bufandas y banderas del Alavés- bailaron y se empujaron como un 5 de agosto cualquiera, aunque un simple vistazo al cielo evidenciaba que estas minifiestas de La Blanca habían traído de todo a Vitoria menos el buen tiempo.

Y así, los valientes que optaron por calzarse las abarcas en pleno mes de diciembre acudieron por la tarde -tras sus respectivas comidas de cuadrilla- a Mendizorroza para ver el encuentro entre el Alavés y la Ponferradina. Un fin de fiesta especial para el día en el que blusas y neskas recorrieron Vitoria luchando contra el frío por una buena causa.