gasteiz. Para que una conversión fluya como es debido necesita de un emisor, un receptor y, si es posible, un buen mensaje. Pero si una de las partes acude con la única intención de convertirla en un monólogo, lo más probable es que lo que podía ser un sano ejercicio de transparencia se convierta en una pantomima digna de un sketch de los Monty Python. Algo así estuvo a punto de suceder el pasado martes con el Ayuntamiento de Vitoria a un lado del ring y las asociaciones y agentes sociales gasteiztarras en el otro. Javier Maroto pretendía finiquitar la presentación de los Presupuestos municipales por la vía rápida, en dos reuniones generales.
La primera iba a tener lugar el martes a las 19.00 horas, pero las asociaciones vecinales, que lo veían venir, convocaron una protesta para exigir un mayor margen de participación. Ante esta tesitura, el Consistorio canceló la reunión y anunció en un visto y no visto una sucesión de siete encuentros con distintos concejales a partir del lunes 4 de noviembre. "Lo que pretendían hacer era una regresión respecto al año pasado, pero parece que la presión de los grupos y las asociaciones ha servido de algo", explica Ángel Mesón, representante de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Vitoria y Álava, que considera la actuación del Consistorio una muestra inmejorable de lo poco que le importa la participación ciudadana.
"Ha quedado al descubierto su verdadera voluntad. Aquí lo que entra en juego es el concepto de participación, que para nosotros no es ni mucho menos la mera información", subraya. El calendario de encuentros entre los representantes municipales y los asociaciones -que contará en todas las sesiones con la presencia del concejal de Hacienda, Manu Uriarte- arrancará el próximo lunes con el edil Alfredo Iturricha, en una sesión en Simone de Beauvoir con los consejos de Iparralde, El Pilar y Euskera. "Una cosa es que acudan y otra es que acepten nuestra participación. Al final lo que hacen es venderlo todo más bonito y punto. No veo que vaya a servir para nada porque el problema no es la forma, es el fondo", critica Ana Osaba, presidenta de la Asociación de Vecinos de Ariznabarra.
Y es que, al fin y al cabo, lo que los consejos sectoriales y territoriales de Vitoria reclaman al Ayuntamiento no es que distribuya los temas por días, sino que se empape realmente del concepto de participación ciudadana. Una quimera, a tenor de las circunstancias. "El proyecto de los presupuestos municipales está colgado en la web, no necesitamos que nos los cuenten, aunque no estaría mal que el lenguaje que se usa y la forma en la que aparece fuera menos farragosa y más accesible a todo el mundo. No queremos que nos cuenten las grandes cifras y poco más", incide Ángel Mesón, de la FAVA. Un planteamiento que corrobora Ana. "Oírnos nos oirán, otra cosa es que nos escuchen. Mi impresión es que ellos van a seguir en sus trece pase lo que pase. Les da un poco igual lo que les vayamos a decir. No tienen en cuenta que, al final, los que estamos a pie de calle y conocemos lo que pide la gente de Vitoria somos las asociaciones de los barrios", apuntan desde Ariznabarra.
transparencia opaca Poco después de que el ejecutivo local desvelara esta disgregación en siete charlas diferentes, la federación de asociaciones de vecinos de Vitoria acusaba al alcalde de la ciudad de "jugar sucio" con los Presupuestos municipales. "La decisión de suspender la reunión del martes se tomó a instancia del Consejo social, un órgano que en nuestra opinión carece de competencias para realizar este tipo de cambios de última hora en al agenda municipal", resaltaba la FAVA en un comunicado en el que pedían que el proceso participativo vaya "más allá" de las intenciones del Ayuntamiento y "se abra a la ciudadanía en su conjunto".
"Hablan de transparencia pero se quedan a medias. No hay voluntad de escuchar y de cambiar algo, eso está claro. Luego esto se traduce en que la gente no quiere ir a los foros de participación porque ven que no sirven para nada. Se desaniman y dejan de ir", lamenta Ángel Mesón. Ana Osaba, que junto a otras personas estuvo un buen rato esperando en la puerta a que se iniciara la reunión del martes porque el Consistorio la canceló "tarde y mal", corrobora la idea de la FAVA. "Ellos son los que parten el bacalao y a nosotros parece que nos queda sólo tener acceso a la información como ellos deciden, aunque en nuestro caso sí tengo que decir que, en Ariznabarra, muchas veces han cumplido con lo que nos han prometido", concluye finalmente Ana Osaba.