el gris persistente de la niebla hizo que más de uno no supiera distinguir dónde se encontraba mientras apuraba el recorrido con la bicicleta. La marcha familiar en BTT al Anillo Verde empezó a las 9.30 horas con una participación compuesta por aguerridos y abrigados deportistas en busca de completar la novena edición de la prueba que, además, se convirtió en el primer evento de una jornada dedicada a lo green. El título de Capital Verde Europea aún se recuerda en Vitoria como santo y seña de una ciudad que logró alzarse al escenario mediático comunitario con nombre propio. Por eso, ayer, la urbe reeditó viejos laureles con un día que se remató con la llamada Noche Verde. Deporte, cultura, gastronomía y fiesta teñidas de verde. Un día especial repleto de actos para todos los gustos y a prueba de los primeros fríos del curso y con una pretensión inherente a las fechas: la ciudad busca consolidar su idea como activo turístico, como gancho para atraer a visitantes de las ciudades y territorios vecinos en estos días que son festivos para una buena parte de la ciudadanía.

Música de cámara en los pórticos de la Catedral de Santa María y de la iglesia de San Vicente, coros con un repertorio ligado a la figura de Alfredo Donnay en la calle Diputación, Mairu Aberatza en la pérgola de Sancho el Sabio, danza en la Plaza España, visitas biomiméticas al Palacio Europa, laboratorio del gusto de la asociación Slow Food en el palacio de Villa Suso, jazz, magia, visitas a la torres de la iglesia de San Vicente... El programa oficial se extendió hasta bien entrada la madrugada, ya que también se imbricó con el ocio extraoficial de las callejuelas habituales del Casco Viejo y el Ensanche con una Ruta Green por los bares y restaurantes del gremio comercial de Gasteiz On.

Esta Noche Verde nació como una iniciativa green, pero aspira a consolidarse en el calendario de una capital que ha encontrado sus señas de identidad en las políticas que busquen la sostenibilidad y el respeto -en la medida de lo posible, porque Gasteiz no deja de ingerir recursos como ciudad que es- a la naturaleza y a sus reglas. Pese al calificativo y al sustantivo de la jornada, lo cierto es que ésta fue mucho más allá de actividades ligadas al respeto ecológico. No en vano, todo el sábado se consagró al gozo de los sentidos con un programa preparado con mimo y con pretensiones de gustar al mayor número de personas posibles. Toda una celebración con añoranza del pasado año y de sus connotaciones verdes y con los ojos puestos en un futuro al que se aspira con ganas. "Sobre todo es una celebración por lo que somos y vamos a seguir siendo", declaró hace unas semanas la concejala de Medio Ambiente, la popular Idoia Garmendia.

La celebración llegó con más de 40 actividades programadas y con un marcado carácter local. No en vano, además de recordar los verdes titulares, la jornada quiso hacer un guiño a artistas y grupos locales y a todas las entidades y organismos que asumen la personalidad de la ciudad y de sus políticas. Por ello, la paternidad de la iniciativa también contó con patrocinios variados -Magialdia, el Festival de Jazz, la Fundación Catedral Santa María y el colectivo de comerciantes Gasteiz On-. Y todo ello para atraer la atención de ciudades vecinas al coincidir con un día festivo, como es El Pilar, y por ende, la llegada de turistas a Gasteiz que en los últimos meses ha visto cómo baja el número de visitantes. De ahí que los hoteles de la ciudad se vayan a sumar ofreciendo atractivos paquetes turísticos. También los bares y restaurantes.

Juegos y reciclaje En la jornada festiva, los actos se intensificaron a partir de las seis y media de la tarde, prolongándose hasta la una de la madrugada. Para los más pequeños hubo un espacio de juegos reciclados. También un taller-espectáculo infantil de la compañía Chapeau Magique y otro de creación de vestidos confeccionados a partir de papel reciclado, así como un original parque zoológico de animales construidos con materiales sencillos. Y para toda la familia, una treintena de esculturas representativas del siglo XX reconvertidas en juegos de ingenio y de habilidad.