vitoria. Otro temporal se cierne sobre el gobierno de Javier Maroto y en este caso no es por la nieve sino por la huelga indefinida convocada a partir del lunes día 18 por los conserjes y oficiales de control del Ayuntamiento, que amenaza con el cierre al público de todos los centros cívicos, polideportivos y algunos edificios municipales, según explicó ayer en una nota el comité de empresa.
Ahora que las trabajadoras del 010 han regresado a sus puestos de atención a la ciudadanía, tras una larga huelga de 67 días, la plantilla municipal denuncia la "absoluta intransigencia del PP en su obsesión por implantar, lo que ellos denominan el nuevo plan de atención ciudadana". El comité denuncia que han empeorado las condiciones laborales con los nuevos calendarios, han trasladado de puesto de forma obligatoria a empleados del servicio -algunos llevan veinte años en el mismo-, implantado una categoría y dos sueldos diferentes y, además, a los de atención ciudadana les exigen funciones de administrativo, una categoría superior.
Asimismo -explica el comité- alrededor de veinte personas continúan con la amenaza real de despido, ya que su fecha de finalización es el 30 de junio. A lo que hay que sumar el cierre de piscinas en julio, "lo que va a generar despidos entre la plantilla". Todo esto después de que el ejecutivo local decidiera readmitir a las empleadas del 010 garantizándoles la nómina al menos hasta el 31 de diciembre tras el acuerdo presupuestario con el PNV. "El plan ya ha hecho demasiado daño; una huelga de 67 días y ahora otra de consecuencias imprevisibles. Pensamos que algo se está haciendo mal", dicen. Y por ello piden a Maroto que reflexione, paralice su propuesta de reestructuración del servicio de atención ciudadana, aunque sea de forma temporal, y abra un periodo para dar paso al diálogo y la negociación.
De momento, los populares no participan en el grupo de trabajo sobre el nuevo modelo del servicio al que sí asiste la oposición y representantes de los empleados afectados, así como del comité.