en el cole tuve una profesora muy progre y de izquierdas, aunque hoy esta señora lleva pieles. Pero tuve suerte de conocerla en su fase rebelde y me enseñó algo muy interesante que todavía me resuena: hay que obtener la información rascando su costra.
Leemos que Aranguiz cobrará 75.000 al año y que su socialista predecesor cobraba más del doble. (Que fuera socialista el anterior ya ni nos indigna, acostumbrados a que no tengan de ello más que el nombre, y ni nos planteamos siquiera que si resucitaran Marx y Engels, de seguro los echaban a la piara).
Rascando la costra de la información y siguiendo su ley capitalista de la oferta y la demanda, resulta que si hay alguien dispuesto a trabajar por menos de la mitad, significa que ese puesto de trabajo está suficientemente bien pagado. Y si seguimos con la misma ley seguro que por 20.000 habría alguien que lo haría, incluso con titulaciones, másteres, idiomas y todo lo que se pide en el mercado laboral. Delictiva es la sobrevalorización: fue lo que otros cobraron y no lo que nosotros gastamos en la época de bonanza, lo que estaba por encima de nuestras posibilidades.
Leemos que en la jura del nuevo lehendakari se ha sustituido el "ante Dios humillado" por un "humilde ante Dios y la sociedad". Y qué más dará, porque empezamos bien: con un juramento que chirría ante la incompatibilidad manifiesta de la clase política con la humildad, y que a la vez contradice la misma Constitución que jura, donde se asegura la laicidad del Estado. Y esto es lo absurdo, ya que mientras Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda y miembro de un partido no nacionalista, jura ante el Parlamento Andaluz con un texto de su cosecha -"Luchar con todas mis fuerzas por esta nación sin soberanía que es Andalucía"- Urkullu, nacionalista, jura sin carraspear al dictado: "Asumo la condición de representante ordinario del Estado en su territorio que cumpliré con lealtad a la Corona y respeto a la Constitución".
Estamos en una época histórica, lo que en la letra pequeña de la Historia, que no escriben los perdedores, viene a ser sinónimo de "jodida". Es la diferencia entre el ganador, que nace, y el perdedor, que se... deja hacer. En la Historia de la humanidad se leen páginas sobre victorias, grandes juramentos y personajes que ocuparon sillones. Apenas líneas sobre hambrunas, masacres o desahucios. En los libros de Historia se escriben y se leen hechos, no quejas ni lamentos y somos nosotros, sólo nosotros, los que podemos elegir la Historia que leerán los que hoy son niños. Sabemos escribir, pues escribamos. Despacito y con buena letra.
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