Vitoria. A Javier Maroto le han salido varios frentes en su intento por reformar el servicio 010 de atención al ciudadano. Al parecer, tampoco los oficiales de control de los centros cívicos están dispuestos a asumir esta tarea, tal y como pretende el primer edil de la ciudad, que quiere que este colectivo supla el espacio que dejarán las 40 trabajadoras a las que en breve se les acabará el contrato. Entre tanto, continúa la huelga iniciada por las empleadas para evitar que sus despidos se lleguen a materializar.

El enfado es máximo, tanto por la actitud que está mostrando el Ayuntamiento gasteiztarra como la que mantiene la empresa de la que dependen desde hace ya dos décadas: SIC. Consideran que ambos han "vulnerado el derecho a la huelga" por lo que han decidido denunciarles ante la Inspección de Trabajo. En concreto, aseguran que la compañía ha decidido ampliar el contrato a dos trabajadoras para ampliar la cobertura del servicio. Por su parte, el Consistorio ha dado la orden a los funcionarios de los centros cívicos para que recojan los escritos que llevan los ciudadanos a las ventanillas, "cuando esto no está contemplado entre sus tareas".

Así lo denunciaron ayer en una nueva movilización celebrada frente al Ayuntamiento, en la Plaza Nueva, donde arremetieron duramente contra el alcalde de Vitoria por su comparecencia un día antes en la Comisión de Hacienda. En su intervención, Maroto aseguró que lo que pretenden las empleadas del 010 es ser funcionarias sin pasar una oposición, algo que desmienten las trabajadoras que, aseguran, solo buscan "mantener" su trabajo, que puede hacerse, según explicó Ixone Iriarte, con soluciones alternativas "hasta que las circunstancias permitan la convocatoria de una OPE para estos puestos de trabajo".

El colectivo niega también que la atención ciudadana se siga dando con normalidad en los centros cívicos, tal y como asegura el primer edil. Recuerda que a los funcionarios se les está obligando a asumir ciertos trabajos, como la recogida de escritos, mientras el resto de las tareas que se hacen en la oficina de atención ciudadana se están dejando de dar. "Y tampoco es cierto que se estén pagando dos sueldos por hacer el mismo servicio, se está obligando a unos trabajadores a vulnerar el derecho a la huelga de otros", añadió Iriarte.

En este sentido, las trabajadoras del 010 informaron de que en una reunión mantenida la noche del jueves entre el colectivo de oficiales de control y sus responsables sindicales, se decidió rechazar el plan de racionalización planteado por el gobierno municipal, una decisión que calificaron como "una buena noticia". "Se vulneran los derechos laborales tanto de este colectivo como del nuestro. Seguiremos trabajando hasta que este plan de racionalización quede totalmente paralizado", añadió.

Cabe recordar que las intenciones del gabinete de Maroto pasaban inicialmente por prescindir de todo este colectivo de trabajadoras, un total de 40, a partir de marzo. Ayer, sin embargo, les lanzó otra oferta. Apuesta por conservar los doce puestos del 010 y la oficina de Olaguibel, aunque para las plazas restantes se mantiene la decisión de cubrirlas con funcionarios de la casa, es decir, con los oficiales de control y conserjes. Éstos serían retribuidos por asumir más carga de trabajo, lo que para el alcalde supone "una oportunidad única" para este colectivo, que logrará más estabilidad y la posibilidad de una promoción interna. Además, Maroto insiste en que con esta medida se mejorará el servicio, ya que se ampliará el horario de atención ciudadana, algo que ya propusieron en su día estas trabajadoras.

Por otra parte, la propuesta incluye también que las empleadas despedidas pasen a formar parte de una bolsa de trabajo para cubrir las bajas que puedan ir surgiendo, una medida que rechazan de forma rotunda. "Me está ofreciendo una bolsa por la que me pueden llamar un día, o dos... ¿Cómo vamos a vivir así? No queremos ser funcionarios por la puerta de atrás", denunciaba el jueves Iriarte, que también intervino en el turno popular de esa misma Comisión de Hacienda.

Así las cosas, las trabajadoras del 010 consideran necesario mantener todas las plazas para asegurar la calidad del servicio, algo que han conseguido gracias a años de experiencia, y no únicamente por su trato agradable, tal y como llegó a insinuar Maroto durante su intervención. "Nuestra calidad del servicio no se basa en que sabemos sonreír, se basa en que sabemos resolver problemas gracias a toda la experiencia que traemos a nuestros espaldas", añadió la portavoz del personal del 010.

Por otra parte, los grupos de la oposición acordaron ayer por unanimidad una moción que llevarán próximamente a Pleno en la que dan su apoyo a este colectivo de trabajadoras. Todos los partidos coinciden en que no es el momento de destruir empleo, por lo que piden al gobierno municipal que se replantee la decisión.