vitoria. Javier Maroto ha decidido recular, pero a medias. Un gesto, para muchos, envenenado. Ayer, tres días después del inicio de la huelga de los cuarenta trabajadores subcontratados del servicio de atención a la ciudadanía de Vitoria, el alcalde aprovechó la comparecencia solicitada por Bildu para anunciar que no rescindirá por completo el contrato que le une a la empresa SIC desde hace ya dos décadas. Su nueva idea es mantener los doce puestos del 010 y la oficina de Olaguíbel, aunque para los veinte restantes, los de los centros cívicos, se mantiene la decisión de cubrirlos con funcionarios de la casa, que serán retribuidos por asumir más carga de trabajo. ¿Divide y vencerás? Es la sensación de los afectados y de los grupos de la oposición, quienes acusaron al primer edil de "fomentar el desempleo".
El futuro de las personas que ocupan los veinte puestos de los centros cívicos es incierto. Maroto anunció que firmará un decreto para modificar la ley y crear así una bolsa de empleo para estos trabajadores, de forma que puedan cubrir las sustituciones de los funcionarios que a partir de marzo asumirán sus tareas. Para los afectados, ésa no es la solución. "Me está ofreciendo una bolsa por la que me pueden llamar un día, o dos... ¿Cómo vamos a vivir así? No queremos ser funcionarios, por la puerta de atrás no. Y hay formas jurídicas para poder seguir desarrollando este servicio", aseguró Ixone Iriarte, en nombre de sus compañeros. Fue una intervención pasional, contundente y firme. "A mí me gusta mi trabajo porque sé hacerlo y soy profesional: No quiero ser bombero ni oficial de control (...) Aquí no sobramos ninguno, no descansamos y seguiremos luchando".
El alcalde no cedió. Tiene muy claro que "la prioridad de la Administración debe ser garantizar los servicios públicos, y el año que viene va a haber varios millones de euros menos de gasto corriente, por lo que sólo se puede aplicar el criterio de hacer más con menos". Su eslogan favorito estuvo presente a lo largo de la intervención, orquestada de fondo por las consignas de los trabajadores que se manifestaban en el exterior. Él está seguro de que con su fórmula para los centros cívicos "no se ofrecerá el mismo servicio, sino uno mejor". Según explicó, a modo de ejemplo, "ahora mismo hay dos personas para una misma ventanilla, el funcionario que gestiona la cancha, que trabaja de forma ininterrumpida de lunes a domingo, y el trabajador de la subcontrata, que recoge las preinscripciones de lunes a viernes mañana y tarde". Eso implica que el usuario, en función del trámite, tenga que ir de un lado a otro, "y no puede ser que se encuentre con la respuesta de vuelva usted más tarde".
Maroto alegó, además, que su propuesta permite que los oficiales de control y bedeles tengan así una "oportunidad única" de promoción interna -oficial de control-informador pasarán a llamarse-, más estabilidad y más nivel retributivo. "Y todo con una sonrisa, que también ellos la saben poner", apuntilló, después de que Iriarte hubiera recordado la especial disposición de las personas de atención a la ciudadanía.
"¿Dónde está el problema?", inquirió. Pues lo hay, según el resto de grupos. "Se podría haber creado una OPE a la que se presentarían en igualdad de condiciones que el resto, pero les manda a la calle, sin opciones, con una bolsa que se tiene que inventar a través de un decreto", criticó el concejal jeltzale Iñaki Prusilla, tras denunciar el "discurso maquiavélico" de Maroto. A su juicio, el primer edil está "intentando poner a los oficiales de control en contra de los subcontratados y también poner en contra a los subcontratados entre ellos mismos".
El PNV respaldó la petición del PSE de realizar un estudio serio. La edil socialista Marian Gutiérrez opinó que, si es necesario replantearse el modelo de atención ciudadana, "se haga de manera rigurosa, analizando alternativas y contando con todas las partes". "Lo que ahora tenemos sobre la mesa es el modelo del PP", lamentó la edil, quien no entiende que, cuando más necesario es mantener el empleo, "el gobierno vaya en la dirección contraria". De hecho, según el planteamiento de Maroto, en enero de 2014 se quedarían sin trabajo los empleados del 010 y de la oficina de Olaguíbel ahora salvados.
"Ya nadie le cree cuando dice que su prioridad es el empleo. Y lo de hacer más con menos produce risa", aseguró el concejal abertzale David Pina. Según recordó, "los dos millones de euros de patrimonio ocioso podrían haberse destinado, entre otras cosas, a estos trabajadores". Por eso, el edil adelantó que Bildu no va a apoyar ningún Presupuesto municipal que contemple despidos.
Los afectados seguirán con las concentraciones, con protestas diarias a las 12.00 y 17.00 horas en la plaza de la Virgen Blanca. Además, ayer por la tarde se unieron a Laminaciones Arregui y Foronda. No los callarán.