Vitoria. Javier Maroto no quiere que el año de reinado green de Vitoria pase sin dejar huella en la ciudad. Para dar continuidad al galardón más allá de 2012, el alcalde se ha propuesto reconvertir el Centro de Estudios Ambientales en una especie de asesoría en políticas de sostenibilidad, que facture por sus servicios, convirtiéndolo en el legado de la Green Capital. En la oposición, la idea ha caído de diferente manera, según el grupo político con el que se hable: el PSE la comparte, pero PNV y Bildu no lo ven del todo claro. El alcalde tendrá, pues, que darle una vuelta más a su propuesta si lo que quiere es mantener la unanimidad en torno al CEA.
Transformar este laboratorio de políticas medioambientales para que terceros contraten su labor de asesoría conlleva modificar los actuales estatutos de este organismo, una sociedad municipal en la que ahora participan todos los partidos con representación en el Ayuntamiento. Un camino a recorrer que Maroto quiere iniciar más pronto que tarde. De momento, no tiene apoyo unánime, pero tampoco una oposición en bloque. Y contaría con la mayoría que dan los seis concejales socialistas a su planteamiento.
En un primer sondeo, al PSE le parece positivo que la experiencia y conocimientos que Vitoria ha adquirido en materia medioambiental puedan servir para asesorar a otras instituciones; más si el modelo utilizado es el del Aula de Ecología Urbana de Barcelona que, en Gasteiz, ha demostrado su "buena" labor con proyectos como la implantación de la nueva red transporte urbano -remodelación de las líneas de autobús de Tuvisa-. En este sentido, el portavoz, Patxi Lazcoz, está convencido de que la experiencia también puede resultar positiva para reforzar la imagen de Vitoria como un referente en medio ambiente. "Nuestra opinión, en principio, es favorable", apunta Lazcoz.
Todo lo contrario opina el PNV, a quien eso de "facturar" le suena mal. "El CEA tiene que centrarse en innovar, debe ser la punta de lanza de la sostenibilidad y trabajar con la libertad que lo hace ahora", defiende la edil Blanca Guinea. "Cobrar por realizar estudios para terceros no nos parece adecuado, ya hay muchas empresas en el ámbito privado que trabajan en este campo... Sería una competencia desleal". Por eso los nacionalistas abogan por que la sociedad municipal se quede como está y si tienen que llegar ingresos, que sea vía convenio o subvención por acuerdos con otras administraciones.
Tampoco lo ve claro la coalición abertzale Bildu. "Es muy prematuro para posicionarnos, porque el gobierno municipal todavía no ha explicado con detalle esta propuesta", señala su portavoz, Kike Fernández de Pinedo. A pesar del "marketing externo" que promueve el alcalde, "creemos que el modelo medioambiental de Gasteiz ni mucho menos es perfecto, y debe ser desarrollado y mejorado con una visión a largo plazo, más allá de la designación anual cortoplacista como Green Capital 2012. Dudamos de que, tal y como está el modelo, pueda ser exportado y facturar por ello", argumenta.
Uno de los temores de introducir cambios en el CEA radica en las consecuencias que la medida vaya a tener en el trabajo que desempeñan los técnicos. "El que paga, marca, y puede perder su independencia porque, ¿qué va a ser lo prioritario luego?", advierte Guinea. La edil jeltzale considera que este organismo no nació para realizar proyectos para terceros y, menos, si el espejo en el que mirarse es el Aula de Ecología Urbana de la ciudad condal. "Tuvo su momento de auge, pero ahora está de capa caída, y precisamente por eso tengo mis dudas", sostiene Guinea.
No está Bildu tampoco por la labor de debilitar o hipotecar la labor que actualmente desarrolla el CEA. "En todo caso se deberían reforzar sus prestaciones y, si además de la carga de trabajo que debería tener, también se pretende que actúe de asesoría externa, no lo vemos claro", señala Fernández de Pinedo.