LA bicicleta, el peatón y el coche a menudo cruzan sus trayectorias en la ciudad. Y no siempre está claro quién tiene preferencia, cuál de los tres corre el mayor peligro y qué normas debe seguir cada vehículo. El creciente uso de las dos ruedas en Vitoria ha encendido la luz roja de la bici. El Ayuntamiento ya adelantó que, a principios de 2012, prepararía la ordenanza que regule el uso de la bicicleta. Desde el gabinete Maroto siempre se ha insistido en que se trata de un problema de relación entre los tres colectivos pero, mientras se pone orden en la circulación, este debate sobre tráfico continúa.
Esta misma semana se ha registrado un pelotón de ideas en el buzón ciudadano. Un ciudadano se preguntaba si los ciclistas deben circular por la carretera a costa de frenar a los coches, y otra vecina admitía que hay ciclistas que "no se merecen una palabra amable". Todo ello en respuesta a un turista que lamentaba que, en una visita por la zona centro, había estado "a punto de ser arrollado" por al menos tres ciclistas. Un ciudadano también consideró "absolutamente necesario" establecer normas en este tema ante la "caótica" circulación de las bicis, y otro recordó que es el coche el medio que debería ceder espacio y limitar su velocidad.
Esta controversia no es nueva. Basta con recordar los comentarios realizados en el mismo buzón después del pasado verano. En septiembre ya había voces que a través del buzón ciudadano exigían sanciones contra las conductas incívicas; en octubre otra vecina cargaba contra la "alucinante" velocidad con que los usuarios de las bicis circulan por la ciudad, el escaso uso de los bici-carriles y el "tapón" que se genera en las carreteras; y en noviembre se cargó contra la "marabunta bicicletera".
El gabinete Maroto anunció que tomaría cartas en el asunto. Para ello, se rescataría la redacción del borrador de la ordenanza de la bici, ya anunciado pero nunca realizado. Y el equipo de gobierno insistió en que se trataba de una prioridad. La teniente de alcalde y concejala de Medio Ambiente, la popular Idoia Garmendia, confirmó que el objetivo era contar con esta nueva herramienta porque una cosa es saber andar en bici y otra, usarla de la forma correcta.
Este debate es una clara consecuencia de la mayor presencia de la bici en la ciudad. Una encuesta sobre movilidad revela que los viajes en bicicleta se han triplicado en números generales en los últimos cinco años: antes apenas representaban el 3,4% de los desplazamientos diarios que se llevan a cabo en Vitoria, y ahora rondan el 7%. El Consistorio incluso se refirió a Gasteiz como la ciudad que más utiliza la bici de todo el Estado. Y el objetivo es seguir creciendo.
Para que ese desarrollo sea amable, desde Bizikleteroak confían no tanto en el avance de la ordenanza sobre bicicletas como en el del Plan de Movilidad Sostenible. Uno de los portavoces del colectivo, Rubén Ziordia, recuerda que hay fases de este ambicioso proyecto que todavía no se han superado; y, en concreto, habla de la creación de las supermanzanas como uno de los grandes temas a los que aún no se ha dado un mordisco: "Será clave que la circulación de los coches se limite a ciertas arterias principales y en otras se logren poner velocidades máximas de 30 o, incluso, 10 kilómetros por hora. Ahí la convivencia sí sería efectiva". El colectivo de ciclistas urbanos espera que, con la celebración de la European Green Capital, se pueda dar un impulso a estos cambios.
Desde Bizikleteroak confirman que el debate sobre la convivencia entre ciclistas y peatones está en la calle y que los usuarios de la bici han llegado a sentirse "señalados". También creen que es una pena que un comportamiento incívico se recuerde más que las decenas de usuarios de bici que sí se comportan como es debido. Para atajar a quienes no saben circular en bicicleta, Ziordia apuesta por "educar" a los usuarios, preparar a la ciudad y señalar los comportamientos inadecuados. Incluso, en un momento dado, con las correspondientes sanciones.
la normativa existente Sea como fuere, la ciudad también dispone en la actualidad de diversa normativa en torno a la bici. Vitoria cuenta en la actualidad con un Plan Director de Movilidad Ciclista, cuyo objetivo es que en ocho años en torno al 15% de los desplazamientos se realicen en bicicleta. Para ello también se plantea aumentar la red de bidegorris -aumentando desde los 91 kilómetros de calles con vías ciclistas que había en 2010 hasta 148- y de aparcabicis -donde el objetivo es pasar de tener una capacidad para 8.600 aparatos hasta superar los 13.500-.
Pero el documento clave es la ordenanza de usos, tráfico, circulación y seguridad en las vías públicas de carácter urbano, donde se exige a las bicis que circulen por los carriles reservados para ello o, en su defecto, en áreas peatonales siempre y cuando la afluencia de viandantes lo permita y a la velocidad adecuada. Eso sí, como ya recordó el Ayuntamiento en la campaña ¡Saca tu bici... y convive!, no se pueden usar acercas de anchura inferior a tres metros, en la calzada hay que cumplir las normas de tráfico y, por último, aunque sea lo primero, los peatones tienen prioridad. Pero eso no quiere decir que la bici salga perdiendo con ello.