vitoria. Las aportaciones de los distintos grupos municipales al proyecto de ordenanzas fiscales ha permitido sacar adelante un documento más equilibrado que el que había dibujado el equipo de gobierno. Sin embargo, tanto el PSE como Bildu aseguran que se han perdido "grandes oportunidades" para recaudar aún más de las empresas acaudaladas. Dos de sus espinitas son el Impuesto de Construcciones y el de Actividad Económica, que finalmente han quedado congelados por la inflexibilidad del gabinete Maroto y la postura firme del PNV de cumplir su promesa electoral de aprobar subidas no superiores al IPC.

En el impuesto sobre construcciones, Bildu propuso subir el gravamen un 4% y el PSE, que había presentado una enmienda a favor de aplicar el IPC, decidió retirar la suya y sumarse a esa iniciativa. El equipo de gobierno y el PNV echaron por tierra la alianza al sumar sus votos. En el impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana pasó lo mismo, aunque en este caso los socialistas y abertzales se conformaban con una subida del 3,1%. No hubo manera.

Especialmente animado fue el debate en torno al Impuesto de Actividades Económicas (IAE). Bildu abogó por eliminar el callejero al considerar que "discrimina a las empresas" en función del emplazamiento en el que se encuentran. Según explicó el edil Antxon Belakortu, para una gran compañía como, por ejemplo, Michelin, operar en el centro o en las afueras no le reporta ninguna ventaja por lo que no tiene sentido que se pague más o menos por un criterio de emplazamientos. Además, aseguró que con su propuesta el Consistorio gasteiztarra podría recaudar "más de dos millones de euros" al año. Su enmienda convenció a los socialistas e incluso arrancó la abstención del PNV, pero la victoria -celebrada abiertamente por Belakortu- fue efímera. Cuando hubo que votar la ordenanza fiscal en su conjunto, ésta fue rechazada.

El portavoz socialista, Patxi Lazcoz, está seguro de que la moderación del equipo de gobierno pasará factura a Vitoria. Según dijo, había margen para aumentar las cargas fiscales de quienes más tienen y el Ayuntamiento se ha quedado corto. Por eso, vaticinó un 2012 lleno de recortes. Menos catastrofista y más satisfecho por la postura "de la derecha recalcitrante" se mostró Belakortu, aunque a él también le preocupa el nivel de recaudación del Consistorio.