Vitoria. El gabinete Maroto puso sobre la mesa el pasado 17 de octubre su propuesta: concentrar la subida de tasas en las basuras y vincularla al consumo de agua. De esta forma, el coste del servicio se guiaría por una cantidad fija en función de los metros cuadrados de cada casa -lo más habitual serían 46,52 euros- y otro variable en función del gasto en agua del año anterior. Éste podría suponer un incremento de entre 15 y 45 euros. Esta idea, aunque criticada por la oposición, ya se aplica con diferentes modelos en otras ciudades. Y llama la atención que, pese a la nueva suma, Vitoria seguiría contando con una de las tarifas más moderadas del entorno. Otra cuestión es qué puede suponer ese gasto extra ahora para las familias.
El concejal de Hacienda, el popular Manu Uriarte, explicó que en la actualidad la ciudad cubre, a través de la recaudación, el 46% del coste del servicio de basuras, que en 2009 ascendía a 21,15 millones. Con este aumento, se llegaría al 51%. En total, entre 2,5 y 3 millones de euros más para las arcas municipales. La propuesta del ejecutivo, que se había comprometido a congelar tasas e impuestos, concentra la subida de la presión fiscal -además del aumento del agua y la OTA, ya pactados en la anterior legislatura- en las basuras. Ésta no sólo se guiaría por los metros cuadrados de la vivienda, como hasta ahora, sino que además tendría en cuenta el consumo de agua -una cifra fácil de obtener, que afecta a toda la población y que sirve para calcular el número de personas que residen en una casa- para así intentar reflejar de forma más fiel la generación de basuras.
Esta propuesta plantea cobrar un fijo, que sería de 46,52 euros a las viviendas de hasta 120 metros cuadrados -lo más habitual en la ciudad-, 66,76 si es de entre 120 y 200 metros cuadrados, y 84,59 euros cuando supere esa superficie. A esa factura se sumaría otra cifra que variaría en función del gasto de agua del año anterior: serían 15 euros si el contador refleja entre 0 y 5 metros cúbicos de gasto; 20 euros si está entre 6 y 10; 30 euros si se sitúa entre los 11 y los 30; 40 euros entre los 31 y los 50 metros cúbicos y, por último, 45 euros si supera los 51.
Desde el grupo socialista ya calcularon que sería difícil que una "pareja de abuelicos" no consumiera entre 31 y 50 metros cúbicos, por lo que la tasa más habitual sería de 86,52 euros, o en el caso de los menos ahorradores del líquido elemento y ocupantes de una casa de tamaño medio, de 91,52 euros.
Si el borrador avanza, la subida sería importante pero, según defendió Uriarte, aún resultaría menor que la de ciudades cercanas. Siempre teniendo en cuenta las tarifas activas en 2010, en Bilbao se cobra una tasa a la vivienda que varía en función de la categoría de la vía en que se ubica: así, puede oscilar entre los 40,16 del tramo séptimo hasta los 103,8 del intermedio o los 169 del más alto. En Donostia, la tarifa es de 113,7 euros al año. En Logroño hay una tarifa en función de las calles que va de los 19,80 a los 125 euros. Y Pamplona, finalmente, es una de las ciudades con tarifas más limitadas: hay un fijo y otro variable en función del valor catastral, con un mínimo de 33,22 euros y un máximo de 95,96.
En cuanto a la idea de vincular basuras y agua, el modelo ya funciona en urbes como Jerez y Sevilla. En Zaragoza, por ejemplo, el cobro depende exclusivamente del consumo de agua. Uno de los casos que más repercusión ha generado en el cobro de tasas es el de Barcelona: la ciudad cobra una tarifa según el tipo de suministro y los metros cúbicos de consumo de agua y la cifra final, como norma general, va desde los 57,04 a los 150,86 euros al año.
Uriarte defendió, además, que pese a los cambios pretendidos, Vitoria mantendría un sistema de bonificaciones y, en cuanto a los comercios, que el aumento no afectaría al pequeño negocio sino a bancos y grandes superficies. Pese a todo, el proyecto aún no ha recibido los apoyos que garanticen su continuidad. Esta semana habrá una nueva ocasión para hacer cálculos. De política y de economía familiar.