las dos representaciones de El lugar de Samaniego realizadas este año han logrado emocionar no sólo a los espectadores, sino a los propios actores que, en ocasiones, no pudieron evitar lágrimas y ojos brillantes en la representación. Además, a lo largo de la narración, el público no pudo evitar el interrumpir con aplausos.
La obra, escrita por José Luis de las Heras y adaptada por Antonio Bengoa e Iker Ortiz de Zárate, se ubica en la postrimerías del siglo IX en pleno avance de las tropas navarras hacia Castilla combatiendo a los ejércitos moros. En aquella época, Fortún Garcés funda la Divisa de San Meder entre Leza y Samaniego. En una de las cacerías por la Sonsierra, por Sierra Cantabria, el rey se enamora de la hija de un mesonero, Ioana, quien alumbra un hijo -Fortunión-, de quien se dice que procede el solar de Samaniego. La narración mezcla acertadamente episodios reales con otros fabulados, pero en su conjunto cuenta cómo se consolidó el Reino de Nájera-Pamplona y cómo el reparto del reino por parte de Sancho III el Mayor entre sus hijos desemboca en una lucha fraticida, que gana el hermano castellano.
En medio de esas trifulcas se narra la cesión de Fortún Garcés a su hijo Fortunión de las tierras de lo que hoy es Samaniego y cómo García Sánchez dona a Fortunión unos viejos legajos en los que los monjes de la Galia detallan cómo elaboran el vino por el método bordolés, aunque no llega a ponerlo en práctica a causa de las guerras. Es por tanto un hermoso ejercicio de literatura en verso para disfrutar escuchando como nació Samaniego y el vino que hoy es el de más alta calidad del mundo, el nacido en las vides de Rioja Alavesa.
Sin embargo, a través de su puesta en escena es mucho más hermoso. Primero por su canción inicial con las magníficas voces en vivo de las corales de Elburgo y Lanciego, y después por el acierto en la eleccion de dos actrices profesionales -Teresa Ibáñez y Mirena Nafarrete, en los papeles de Goya y Mikaela, conductoras de toda a historia que se desarrolla sobre el escenario-. Mirea, por cierto, con una espectacular voz que redondeaba en las canciones que interpretó también en vivo y a capela. Todo un espectáculo.
El resto de los actores, voluntarios de la comarca, coordinados por Mariasun Sáenz de Samaniego, se implicaron en sus papeles, en especial los dos protagonistas de la historia, el rey Fortún y Ioana, cambiando de registros con tintes de profesionalidad y dando a sus papeles un aire de naturalidad.
El lugar elegido para la representación es, también, una joya, ya que el patio de la Bodega Remírez de Ganuza es amplio y perfecto para la época y cerca se encuentra la torre de defensa que hoy está integrada en la iglesia parroquial y que se utiliza durante la narración como otero desde el que se avisa la llegada de las tropas castellanas.
Visitas ilustres Lo que la organización no se esperaba era el éxito de espectadores. Antes del inicio el patio se encontraba lleno y durante los primeros minutos de la obra se tuvo que buscar nuevas sillas ante la avalancha de personas que acudieron a verla, entre ellos responsables de las Crónicas Najereses que se pusieron en escena la pasada semana en Nájera contando la historia del reino de Navarra a base de grabaciones de profesionales.
El Lugar de Samaniego es una iniciativa del Ayuntamiento y la Sociedad Cultural Murriarte, que cuenta con el apoyo de las bodegas Remírez de Ganuza, Baigorri, Heredad de Berganzo, Ostatu Pascual Arrieta y Pascual Berganzo, así como del Palacio de Samaniego, Abra, la Ruta del Vinio de Rioja Alavesa, la Cuadrilla de Rioja Alavesa y las instituciones foral y autonómica de Álava y de la CAV.