vitoria. La comisión vecinal por una consulta en Lakua-Arriaga está dispuesta a quemar todas sus naves para que las obras de la futura estación de autobuses nunca echen a andar. Ayer, una nueva concentración en el parque de Arriaga, el mayor pulmón verde de Gasteiz y sobre el que está proyectada la terminal, exigió a la nueva Corporación municipal que paralice el expediente de adjudicación de la obra, heredado de la anterior legislatura, y que abra las puertas a la realización de una consulta popular en toda la ciudad para elegir entre las distintas alternativas existentes.
La comisión se ha reunido durante los últimos días con las cuatro fuerzas con representación en el Ayuntamiento para conocer sus posturas en torno al proyecto, trasladarles sus inquietudes y solicitarles la convocatoria de un Pleno extraordinario urgente para ejercer el turno popular. Según recordó la comisión ayer, los resultados de las últimas municipales han cambiado las mayorías en el Ayuntamiento, por lo que la posibilidad de realizar una consulta se ha podido recuperar. En la Corporación anterior rechazaban el referéndum los concejalas de PSE y PNV, que sumaban un total de 15, pero ahora se han quedado en 12, lejos de la mayoría. Dado que, todavía, el reglamento de participación ciudadana se encuentra pendiente de una modificación para la presentación de mociones al Pleno, la comisión ha solicitado a los grupos que hagan suya y posteriormente sometan a votación su propuesta de parar los trabajos y realizar la citada consulta, "tal y como permite la Ley de Bases de Régimen Local".
Bajo el lema Auzoaren nahia errespetatu! El parque no se toca, los vecinos se hicieron fuertes frente al abrasador sol que ayer reinó sobre la capital alavesa en su reivindicación de dar marcha atrás a este plan. Durante los últimos días, el colectivo ha censurado la "falta de ética" del anterior equipo de Gobierno socialista por haber adjudicado el contrato de la estación a seis días de las elecciones municipales sin tener en cuenta la composición del nuevo Ayuntamiento salido de las urnas. Ni tampoco la consulta popular realizada en el barrio, con el rechazo de más del 97% de los participantes.