Vitoria. Los comerciantes de la capital alavesa aplauden la iniciativa municipal que apoya la creación de 20 locales de textil en la calle Zapatería con una inversión cercana a un millón de euros para rehabilitar el comercio del Casco Viejo. Un plan que supone agarrarse a él como a un clavo ardiendo en plena crisis económica y del que también pretende beneficiarse el resto del sector minorista. "Todo lo que sea abrir tiendas es positivo para la ciudad", dicen sus portavoces, quienes reciben con los brazos abiertos proyectos de este tipo por considerar que se pueden trasladar a otras arterias de la capital que no quieren bajar la persiana.

Una de ellas es la calle Gorbea, donde precisamente una veintena es el número de negocios que ha tenido que echar la persiana en el último año y medio, tal y como denuncia José Antonio Landeras, portavoz de la asociación de comerciantes de esta zona gasteiztarra donde se pueden contabilizar hasta 118 negocios.

Todos los locales han salido perjudicados por la prohibición de usar el coche en este área, según critica el presidente de la asociación de comerciante. "El mayor beneficio que le podrían dar a la calle es un aparcamiento porque desde que han hecho el cambio en Madre Vedruna nos ha hecho polvo. Hemos perdido a los clientes que venían de la zona sur y de los pintores", matiza Landeras.

A juicio de este portavoz, otras "malas ideas" del Ayuntamiento también han contribuido al ostracismo de Gorbea, más allá de no permitir el paso de vehículos. "Ahora mismo no tenemos ninguna parada de autobús, cuando antes teníamos tres. Es mentira que el Ayuntamiento ayude al pequeño comercio porque si ya de por sí está mal por la crisis, no se le puede poner zancadillas".

Cuatro zonas comerciales La Unión de Moda de Álava (Unimoda) es otra de las que considera que el proyecto de la almendra medieval puede servir de inspiración para futuras iniciativas en el resto de la capital. "Por supuesto que es una buena idea, que se podría trasladar al resto de Vitoria. Pero lo más conveniente es crear zonas comerciales porque si la oferta se abre demasiado se queda en nada", añade su presidente en funciones, Víctor Manuel Ibáñez.

En concreto, Ibáñez recomienda que el Consistorio concentre sus esfuerzos en cuatro puntos: Casco Viejo, General Álava, Gorbea y Zaramaga, unas zonas donde imperan negocios de textil, sector que agrupa moda, deportes, complementos y hogar. Sólo en la capital hay 455 negocios de este tipo, respecto a los 522 del total de este sector que tiene registrado en la provincia la Federación de Comercios de Álava.

La subvención municipal para fomentar el pequeño comercio sería, por tanto, un revulsivo para este sector en el que ciertos establecimientos ya no saben cómo levantar cabeza tras lo que les ha apretado la crisis. "Los que venden hogar lo están pasando bastante mal. La gente da prioridad a cómo va vestido para que el resto de sus conocidos no note que lo están pasando mal", cuenta este comerciante, quien recomienda a este tipo de tiendas que creen ofertas periódicas.

Pese a ello, el presidente del textil tiene claro que las ayudas al comercio no sólo deben servir para construir nuevas lonjas o modernizar las existentes. "Si quieres renovar la lonja, con dinero se puede hacer pero hace falta que el propietario se recicle y no piense como hace 20 años", demanda este comerciante, que sugiere la creación de cursillos que ayuden a saber gestionar el comercio del siglo XXI y a la informatización del mismo. Algo que no se consigue con la instalación de ordenadores, sino con las pistolas que modernizan el etiquetado o los códigos de barras que dan una idea de los productos que más "movimiento" tienen. A diferencia de los minoristas, las franquicias traen de serie estas tecnologías. "El problema es que deberían hacerse menos cursos, pero mejor impartidos".