Con Patxi Lazcoz al frente de Vitoria, el movimiento vecinal se ha hecho más fuerte. Unos pensarán que el mérito de su resurgir tras un cierto periodo de hibernación corresponde al equipo de gobierno socialista por consolidar los consejos territoriales y sectoriales y por crear un buzón ciudadano abierto. Otros, sin embargo, dirán que ha sido la inoperancia de estos órganos, a los que cada vez asisten menos colectivos por discrepancias con el Ayuntamiento, y la puesta en marcha de proyectos estratégicos que sólo el PNV ha entendido lo que ha reavivado la llama de aquellos que un día decidieron dedicar su tiempo libre a ser el eco del pueblo. En cualquier caso, basta con echar la vista atrás para comprobar que viejas y nuevas asociaciones han intensificado el altavoz en esta legislatura a través de los cauces de siempre, como manifestaciones o asistencias en los plenos municipales, y otros nuevos, como consultas populares, blogs y vídeos en Internet. En algunos casos, han logrado un replanteamiento de las iniciativas. Y en otros, al menos han evidenciado que los votos no tienen por qué ser un cheque en blanco. Aquí van algunas pruebas.
estación intermodal
La defensa del parque
Corría noviembre de 2007 cuando surgió un titular que pondría los pelos de punta a numerosos vitorianos: "Arriaga perderá 548 árboles con las obras de la estación intermodal". Meses después, aparecieron otros que alimentaron aún más la inquietud por el devenir del pulmón más grande de la ciudad, como "Lazcoz plantea construir viviendas, oficinas y un hotel para financiar la terminal" o "el proyecto reducirá en un 7% la superficie del parque". Y llegó la reacción. En junio de 2008, la asociación del barrio formó junto a otros colectivos vecinales y sociales, partidos y ciudadanos particulares la plataforma SOS Arriaga para luchar por la conservación integral de este espacio. Una defensa que, alimentada por manifestaciones callejeras y recogidas de firmas, se materializó en un replanteamiento del proyecto. En noviembre, el impacto sobre el parque ya sólo era del 2%.
Pero eso no fue lo único que cambió. A mediados de 2009, el gabinete Lazcoz abandonó su intención de crear una estación soterrada por su elevado coste y por la imposibilidad de dar salida a los edificios proyectados encima debido a la crisis. Sin embargo, la apuesta por una terminal en superficie sin añadidos y con un mordisco al parque del 1,7% no disminuyó la presión ciudadana. SOS Arriaga alertó de que no se tenía en cuenta la segunda fase: la estación del ferrocarril. Y, por eso, confeccionó junto a un equipo de arquitectos un diseño semisoterrado que tenía en cuenta todas las variables. No ganó el concurso. Y la guerra continuó. En febrero de este año se celebró una consulta popular, con un abrumador sí al respeto al parque en su total integridad. El alcalde, sin embargo, dejó claro que ya no hay marcha atrás. Además, el cambio de opinión del PP, que hasta entonces había desfilado tras la pancarta de esta plataforma, dio alas al inicio de las obras.
plan de movilidad
Recelos con la OTA y Tuvisa
La primera fase del Plan de Movilidad Sostenible despertó grandes recelos en el movimiento ciudadano. Las dos plataformas que agrupan a la mayoría de asociaciones vecinales, Interbarrios y la Fava, hicieron piña a principios de 2009 para exigir al equipo de gobierno que paralizara el proyecto hasta alcanzar, entre todos, el consenso. Les gustaba la filosofía del documento, destronar el coche en favor del transporte público, la bici y el peatón, pero la consideraban un fracaso en la práctica por la reordenación de las líneas de autobús diseñada y la extensión y subida fulminantes de la OTA en el centro de la ciudad. Algunos de estos colectivos, apoyados por los comerciantes de Judimendi, Arantzabela, Aranbide y Aranbizkarra, incluso presentaron un recurso para anular la aplicación de las nuevas zonas azules.
No tuvieron éxito, pese a que las recogidas de firmas evidenciaron el malestar de gran parte de los ciudadanos. No obstante, el Ayuntamiento sí decidió escuchar a los vitorianos una vez que la nueva Tuvisa empezó a rodar. Las numerosas quejas demostraron que era preciso mejorar el servicio. Un año después de la transformación de la red, el gabinete Lazcoz aplicó 18 cambios para agilizar y mejorar la cobertura de los trayectos en los barrios nuevos, en los consolidados y en las áreas industriales. Fue un acierto.
tranvía de abetxuko
Un triunfo y una derrota
Cuando el proyecto del tranvía llegó a Vitoria en 2005, se quedó a las puertas de Abetxuko. La asociación del barrio, Uribe-Nogales, logró frenarlo asegurando que la mayoría de los vecinos no quería el diseño que se planteaba, una doble vía hasta la iglesia, por el impacto ambiental que conllevaría en una calle tan estrecha como la de El Cristo y porque sólo daría servicio a la mitad del barrio. Sin embargo, el año pasado Patxi Lazcoz decidió retomar el proyecto pese al veto del Parlamento, el rechazo de la oposición municipal, de este colectivo y de casi todas las asociaciones de la ciudad valiéndose de la complicidad del Ejecutivo de Patxi López y de la necesidad de la Diputación de contar con el apoyo del PSE para aprobar sus presupuestos. Eso sí, para tratar de contentar a los residentes, decidió cambiar la doble vía por una única de ida y vuelta.
Insuficiente para Uribe-Nogales, que decidió crear la plataforma No al trazado del tranvía y celebró una consulta popular que le dio la razón. Para entonces, sin embargo, ya no era la única asociación de Abetxuko. Cauce Vecinal, nacida en defensa del proyecto primigenio del tranvía, empezó a celebrar ruedas de prensa para tratar de desprestigiar al colectivo liderado por la veterana Paquita San Bartolomé. Y dio alas a Lazcoz. Las obras empezarán en verano.
BAI CENTER
Todos contra 'este' auditorio
Para el movimiento vecinal de Vitoria, el BAI Center es el mejor ejemplo de "la cabezonería y la soberbia" de Patxi Lazcoz. El primer edil sigue defendiendo la conveniencia de este proyecto, incluso habiendo perdido el apoyo fiel del PNV. El nuevo candidato jeltzale a la Alcaldía de Vitoria, Gorka Urtaran, cree que es preciso revisar los contenidos y buscar más financiación externa. Una filosofía que también comparte Vecinos de Vitoria y Álava (VVA) -federación que agrupa a cerca de 17 asociaciones de barrio- y que le llevó a iniciar el pasado mes de febrero la campaña de movilizaciones Indígnate, no es el momento, con el apoyo del exalcalde José Ángel Cuerda, del PP, EB y EA y otras asociaciones de la ciudad. Todos ellos alertan del coste del centro internacional, 154 millones de euros, del hecho de que por ahora el 80% de ese dinero lo asuma el Ayuntamiento -Pamplona y Bilbao sólo tuvieron que ceder los terrenos-, de la reducción de los ahorros de Ensanche 21 para financiarlo, del diseño de la zona musical y de la optimista previsión que obliga a celebrar siete eventos a la semana y rozar el lleno para que sea rentable.
Entre los actos organizados, destacó por su alta participación ciudadana el debate celebrado en el Europa con la presencia de los distintos candidatos a la Alcaldía a excepción del actual primer edil. Un plantón que enfadó a VVA y alimentó su imaginación para elaborar el vídeo de Los siete pecados de Lazcoz.
redensificación
Los nuevos barrios dicen no
Vitoria ha duplicado en los últimos años el suelo consumido para levantar viviendas pese a no haber crecido igual la población. Fue un planeamiento erróneo, contrario a los criterios de sostenibilidad urbana, y que el Ayuntamiento de Vitoria decidió enmendar con la redensificación de Salburua y Zabalgana. Un proyecto que generó desde el principio grandes reticencias entre los residentes por el miedo a que parcelas para equipamientos terciarios se llenaran de pisos y que, tras muchas presiones, ha llevado finalmente a plantear un diseño más suave.
No obstante, las asociaciones de Salburua, Zabalgana y Mariturri (con el apoyo de VVA e Interbarrios) siguen en pie de guerra tanto por las formas como por el fondo del proyecto. Denuncian las prisas en la tramitación a última hora del proyecto, así como la falta de consenso y diálogo social, y creen que se pueden colmatar las zonas más atractivas mientras otras son abandonadas a su suerte. Sólo el PP se ha puesto de su parte, con un cambio de voto que, no obstante, ha generado las críticas del resto de la oposición municipal.