Vitoria. Las obras de la nueva estación de autobuses arrancarán a mediados de junio. Un total de 22 empresas siguen, por el momento, aspirando a tomar las riendas de esta construcción, que se alargará durante 18 meses y costará unos 21 millones de euros. A la hora de decidir el concurso, según adelantó ayer el gabinete Lazcoz, una de las prioridades estará en lograr la mínima afección al tráfico. El objetivo es que estos trabajos tengan el menor impacto posible en un nudo de circulación clave en la ciudad.
El teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, Juan Carlos Alonso, explicó ayer los nuevos pasos realizados en la adjudicación de este proyecto. Tras una nueva reunión en la sociedad urbanística municipal Ensanche 21, se ha constatado que las 22 empresas que se han presentado al concurso siguen con opciones de ganarlo. Todas han probado su solvencia económica y técnica. Pero, de ellas, veinte ya han aportado la documentación necesaria y las dos restantes tienen hasta mañana para completarla.
Por lo tanto, el Ayuntamiento mantiene las últimas fechas de inicio y final de la terminal de Arriaga. Si todo sigue su curso con normalidad, el Consistorio espera valorar ahora las propuestas recibidas y adjudicar la obra a mediados de mayo, para que la construcción arranque por fin a mediados de junio. Tras 18 meses de obras, la esperada y criticada terminal estaría lista para finales -Alonso habló, en concreto, de diciembre- de 2012. El equipo de gobierno no espera una rebaja en este plazo, puesto que no consideraba clave limitar ese tiempo de ejecución: "El plazo se puede rebajar, pero en el pliego de condiciones -las características que sirven de guía a las empresas que optan a realizar las obras- no se valoraba tanto el tiempo de la construcción como la ejecución en condiciones de proyecto. Será más relevante la solvencia técnica y, por ejemplo, el plan de afección al tráfico. No queremos que los adjudicatarios corran para construir la estación".
La preocupación El impacto de estas obras en el tráfico de América Latina, el principal punto negro de la circulación de Vitoria, ha sido una de las preocupaciones recurrentes de los vecinos de la zona. No en vano, en este entorno coinciden proyectos como el BAI Center, el soterramiento o la intermodal. Y, mientras el gabinete Lazcoz presentaba esta coincidencia de apuestas como la creación de un nuevo centro en la capital alavesa, desde asociaciones vecinales como Ipar Arriaga o incluso -desde el otro punto de la ciudad, en San Cristóbal- Hegoaldekoak se preguntaban qué medidas se adoptarían para evitar los recurrentes atascos de esta zona de la ciudad para la que, de hecho, ya se ha retomado la idea de crear una rotonda soterrada. Un proyecto por ahora sólo planteado y que ya ha generado polémica en la Casa Consistorial.
Pese a todo, cabe recordar que el Ayuntamiento ya cuenta con unos estudios sobre la circulación, realizados para preparar el diseño de la intermodal -y que acompañaron a la presentación, hace más de un año, de la ingeniería Trakteplan-, que auguraban que el tráfico de vehículos pesados que acompañará al inicio de las obras "no implica afecciones destacables al tráfico de la calle". Este informe calculaba que durante el arranque de los trabajos se moverían 15.000 metros cúbicos de tierras y que, por tanto, habría unos 50 camiones al día circulando por esta zona. El acceso se situaba entonces al norte de la rotonda de América Latina, por portal de Foronda.
Pese a esta llamada a la tranquilidad, las palabras de ayer de Juan Carlos Alonso confirman que el inicio de las obras de la estación obligará a vigilar de cerca su impacto en el tráfico. No en vano, los trabajos en principio se alargarán durante año y medio. El teniente de alcalde, no obstante, valoró que 18 meses de obras no son nada comparados con los 18 años de provisionalidad en los que llevaba instalada la estación de Los Herrán. La construcción de "la alternativa" de Arriaga pondrá punto final a la terminal situada cerca del Hospital Santiago. "Cambiaremos la puerta de entrada a Vitoria", valoró Alonso. La clave ahora es asegurar que las entradas y salidas de esa puerta funcionan de forma efectiva.