Vitoria. Ahora que parece acercarse la apertura de las piscinas cubiertas de Mendizorroza, toca bucear en las arcas municipales para constatar que han corrido riadas extra de dinero a costa de la reforma de este gran complejo deportivo y del de Gamarra. Las obras, aprobadas hace seis años, han acumulado finalmente un desfase de casi 11,5 millones de euros. El agujero, equivalente al coste de un moderno centro cívico, tiene su origen en el anterior gobierno de Alfonso Alonso. El PP tasó las reformas en 24 millones de euros -la mitad para cada complejo-, pero su cálculo fue tan optimista que al poco de iniciarse los trabajos tuvo que reajustar los proyectos. Y lo hizo dejando fuera elementos y servicios básicos. Un desastre contable y de gestión que, según el gabinete Lazcoz, también explica los desesperantes retrasos.
El listado de gastos, al que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, pone sobre la mesa los contratiempos sufridos por la herencia del PP. El Ayuntamiento ha acabado invirtiendo en ambos equipamientos, entre 2005 y 2010, un total de 35,429 millones. Y, como ya es sabido, casi todo el sobrecoste ha ido a parar a Mendizorroza, un caso especialmente sangrante tanto por los errores de cálculo cometidos en la anterior legislatura como por los dos años de retrasos que han tenido que pagar los usuarios. El gobierno de Alonso aprobó una partida para la construcción de las piscinas cubiertas que sólo contemplaba la excavación del agujero, dejando fuera elementos tan fundamentales como la estructura de la pileta, el acondicionamiento de la zona exterior y el sistema de separación de la instalación en dos. Pero, además, al agotarse tan rápido los fondos para la olímpica, el PP redujo el proyecto a una planta menos y un graderío más pequeño.
El caso es que, a finales del año pasado, el gabinete de Patxi Lazcoz seguía aprobando partidas para ultimar las obras de la cubierta de Mendizorroza. Tras finalizar en noviembre el proyecto de deshumectación y mejora energética y comenzar la fase de pruebas, se descubrió que faltaba por colocar la escalera de emergencia. Una actuación clave para recibir el visto bueno de los Bomberos y del área de Juegos y Espectáculos del Gobierno Vasco. Así que regresaron las obras, con el ceño fruncido del gobierno socialista otra vez. Como se perdió esta salida durante el reajuste del proyecto en la era del PP, la solución que ha adoptado, la única posible, resulta un tanto antiestética. La escalera se sitúa desde el graderío a la playa de la piscina.
Al menos, ahora sí, se puede decir que se acabaron los gastos extra y las obras. Aunque Lazcoz no ha querido dar una fecha, "en breve" se abrirán las puertas del recinto cubierto de Mendizorroza. Un hercúleo bloque de acero, hormigón y cristal con una piscina olímpica destinada a convertirse en el buque insignia del complejo y de toda la red municipal. Es la única bajo techo de Vitoria, su profundidad oscila entre 1,60 y 2 metros e incluye un tabique móvil que permitirá dividirla en dos cuando se quieran combinar actividades. A su lado, se sitúa otra lámina inferior para el uso infantil, con una rampa lateral para discapacitados.
En Gamarra, la situación siempre ha parecido estar más controlada. Cuando Patxi Lazcoz llegó a la Alcaldía, sólo se detectó un desajuste en la construcción del nuevo centro social por el que se accede al parque desde la entrada de Eskalmendi, por lo que en el Presupuesto de 2008 el Consistorio introdujo una partida de 2,8 millones para subsanarlo. No obstante, el complejo deportivo llegó a 2010 con obras aún pendientes: mejoras en el campo de minigolf, rematado a tiempo para la temporada de baño; el vestuario para los trabajadores del complejo, presupuestado en 464.000 euros; y la instalación del riego automático, que ascendió a un millón de euros y que se pospuso a después del verano. Eso sí, el plan director que guió las obras de Gamarra incluía otras actuaciones que han quedado en el aire, como el famoso embarcadero.
Analizando el balance de gastos por años, entre 2005 y 2006 se desembolsaron 4,4 millones en ambas instalaciones deportivas. Lo peor vino después, cuando empezaron las obras complejas. En 2007, las actuaciones ascendieron a 9,288 millones de euros; en 2008 se dispararon hasta 12,04 millones, en 2009 llegaron a 8,03, un dinero absorbido principalmente por la olímpica de Mendizorroza, y en 2010 sumaron 1,5 millones.