vitoria. La cuesta de enero se hará especialmente empinada este año. A la crisis se une el aumento generalizado en diversos servicios básicos. Sube la luz -una media de un 9,8%-, el gas -un 3,9%- y otras facturas domésticas como el agua o las basuras, pero también la gasolina -un 16% más que en el mismo periodo de 2010- y diversos medios de transporte -el tranvía cuesta un 2,77% más-. El taxi no es una excepción, a pesar de que en este caso no se rige por el encarecimiento del barril del petróleo. Esa circunstancia se tendrá en cuenta para el aumento del próximo año.
Con todo, las tarifas de los servicios interurbanos -un coste que se decide en el Gobierno Vasco- aumentan en 2011 en torno a un 2,20%, mientras que las de los urbanos -una propuesta donde ya interviene el Ayuntamiento de Vitoria- suben una media de un 2%. En el caso de la capital alavesa, el servicio mínimo en un día laborable antes de las siete de la tarde se fija en 3,79 euros, mientras que cada kilómetro se paga ya a 0,78 euros y la hora de espera, a 20,60. Mientras, el siguiente rango, el que se aplica por la noche o en sábados y días festivos, llega a 4,75 euros el servicio mínimo -uno de los conceptos que más se encarecen, en torno a un 10%-, 1,15 por kilómetro y 23,90 por hora de espera.
Se trata de un desembolso importante, pero también es el único servicio de transporte que recoge al usuario y le lleva hasta el punto exacto que desee. "En autobús urbano o tranvía, un cliente sólo puede tener algo así si coincide que la parada del transporte público le toca enfrente de casa", cuenta el presidente de la asociación alavesa del taxi, José Antonio García Durana. Este portavoz defiende que, pese a la creciente competencia del transporte público, los taxistas "no tenemos que convencer a nadie de nuestro trabajo. Quien usa el taxi sabe cómo prestamos el servicio y que merece la pena. La gente nos valora".
Uno de los principales mercados del taxi está en las horas nocturnas de los fines de semana. Ahora, estas carreras tendrán una tarifa particular, que se aplica los viernes, sábados y vísperas de festivos entre las diez de la noche y las siete de la mañana. Un coste especial para quienes se van de fiesta, "y que cobramos quienes estamos trabajando mientras otros se van de fiesta", puntualiza García Durana. El precio en este caso se fija en 5,12 euros el servicio mínimo y 1,15 por kilómetro, el más caro de todos.
García Durana reconoce que, ahora que aún aprietan los excesos del periodo navideño -y lo que queda, con la llegada de los Reyes Magos-, los nuevos precios y los mismos sueldos, resulta difícil que los ciudadanos entiendan este aumento de precios. "Esa sensación que tienen los vecinos, de que todo sube mientras los sueldos están congelados, es cierta. Pero nuestro caso no es una excepción", cuenta. El representante de los taxistas alaveses explica que, pese a esa subida de en torno a un 2%, "no cubrimos el aumento de casi un 3,5% que sufrimos el pasado mes de julio en nuestros costes reales". Estos gastos, unidos a la necesidad de ahorro de la clientela y el "exceso de licencias de Vitoria" -hay 194 taxis en la capital alavesa, pero asegura que sobran casi una treintena- pintan un complicado panorama para este sistema de transporte que lucha por que su función en la ciudad no se quede en la parada.