Vitoria. Una buena parte de Vitoria comparte desde ayer un mismo sentimiento, y no es el navideño. Los primeros barrios de la ciudad consolidada aspirantes a la implantación de la recogida neumática de basuras no pueden ocultar su "decepción" desde que se enteraron a través de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA de que el gabinete de Patxi Lazcoz ha decidido parar en seco el proyecto de ampliación de la red. En su defensa, el equipo de gobierno alega la elevada cuantía de la operación: sólo la obra a lo largo de la capital costaría 122 millones de euros, amén de los costes anuales de explotación y mantenimiento. Una cifra mareante pero que, según critican algunos de los vecinos afectados por la decisión del gabinete Lazcoz, sí se contempla para la ejecución de otros proyectos.
Lakua-Arriaga formaba parte de la lista de barrios candidatos a la recogida neumática, un sistema que la asociación de vecinos llevaba reclamando desde hace ocho años. "Desde el Ayuntamiento se nos dijo que iban a estudiar la petición, luego que estábamos entre los elegidos... Y ahora, el olvido", lamentó ayer el presidente, Ángel Lamelas, quien considera que los buzones, además de mejorar sensiblemente el servicio de limpieza, habrían "permitido eliminar contenedores y, por tanto, remendar el problema de aparcamiento que sufrimos al ganarse nuevas plazas".
A juicio de Lamelas, la recogida neumática "es una necesidad clara para Vitoria y, sin embargo, hay proyectos no necesarios, como el centro internacional, que se están llevando descomunales partidas económicas". Eso le lleva a plantearse "cuáles son las prioridades" ciudadanas para quienes dirigen la ciudad, una pregunta que también se hace el presidente de la asociación de vecinos de Lakuabizkarra, otro barrio de la lista de aspirantes a la implantación de los buzones. "122 millones de euros es mucho dinero, pero no parece un problema para otras acciones", criticó Carlos Sevillano, quien recordó, además, que la ampliación de la red formaba parte de la lista de promesas electorales del PSE. "Nos lo vendieron como un avance de modernidad y sostenibilidad. ¿Y ahora qué? ¿Ni siquiera han comparado lo que supondría a largo plazo respecto al contrato de FCC? Esta política no es muy Green Capital", subrayó.
En el caso de Lakuabizkarra, el frenazo al proyecto hace especialmente daño porque "en este barrio sería muy sencillo implantarlo". Según matizó Sevillano, "disponemos de parcelas para construir una planta de recogida neumática y las obras no generarían gran afección porque contamos con amplias avenidas". No es ése el caso de Santa Lucía. La extensión de la red obligaría a poner patas arriba decenas de calles, y para dar servicio a sólo la mitad del barrio. Por eso, pese a la decepción, el responsable de la asociación de vecinos, Guillermo Lerones, reconoció que la noticia -que él sí conocía desde hacía unos meses por boca del propio gobierno- no le ha cabreado.
No puede decir lo mismo la voz de Sansomendi, Julio Baceiredo. Son raras las ocasiones que estos vecinos se sienten protagonistas de un proyecto, y para una vez que sucede, al final queda en nada. "Me reafirmo en que somos el último barrio en el que se piensa, el culo de Vitoria".