Vitoria. La planificación de Salburua y Zabalgana se parece muy poco a la de la ciudad enclaustrada dentro de la vieja circunvalación. Frente al apiñamiento típico de los setenta, el protagonismo se lo llevan los grandes espacios libres. Frente a los edificios de no más de siete alturas, toman forma grandes torres. Y frente a las mil callejuelas en todos los sentidos, se imponen las grandes avenidas, una estrategia en materia de movilidad impuesta para liberar de tráfico las manzanas pero que está causando demasiadas incomodidades a los vecinos. Los dueños de cientos de garajes ubicados en el interior de los bulevares se ven obligados a dar vueltas kilométricas hasta llegar a casa porque las vías de acceso son de un único sentido -el contrario del que necesitarían- y cada vez son más los que optan por entrar en dirección contraria para evitar rodeos. Por eso, exigen una solución al Consistorio.
Tanto la asociación de vecinos Salburua Bizirik como Pasabidea, en Zabalgana, consideran que el Ayuntamiento debería de realizar un estudio a pie de calle para detectar las trabas que supone esta ordenación de tráfico y poner en marcha medidas para evitar los grandes desvíos. Según explican, la situación actual conlleva, por un lado, una mayor contaminación por la necesidad de realizar largos recorridos para llegar a los garajes y, por otro, un escenario peligroso para los peatones por la creciente costumbre de acortar el circuito entrando en sentido contrario. Son muchísimas además las críticas que ha recogido el buzón ciudadano del Ayuntamiento en el último año.
En el caso de Zabalgana, los problemas se sienten en la gran zona comprendida entre bulevar de Mariturri, portal de Zuazo y la avenida de las Naciones Unidas. Pasabidea ya remitió el pasado mes de mayo al concejal de Tráfico, Joaquín Esteban, una propuesta para evitar que los conductores den vueltas de más de cinco minutos para acceder a sus garajes. Y es muy sencilla. El colectivo considera que bastaría con imponer el doble sentido o establecer un cambio de dirección en portal de Zuazo entre bulevar de Mariturri e Iruña-Veleia. "De esta manera se facilita la salida hacia el norte de la ciudad y los polígonos de Jundiz y Ali a los vecinos que tienen los garajes en ese tramo", explica el portavoz de la asociación, Mario Calvo, al tiempo que pone el cuentakilómetros a cero a la altura de Iruña-Veleia para calcular las distancias que ahora se ven obligados a realizar los residentes de la manzana. El resultado habla por sí mismo al cabo de unos cuantos minutos de conversación: 1.700 metros. Demasiado tiempo.
"Y el problema no se da sólo en esta zona. También, por ejemplo, en la avenida de la Ilustración". ¿Y qué se podría hacer en este caso? Calvo considera que, probablemente, la solución sería la misma que la ya planteada respecto a Zuazo. Imponer el doble sentido. No obstante, él prefiere que sean los técnicos municipales los que salgan a la calle y analicen el panorama para luego establecer el remedio más adecuado. "De la misma manera que se han realizado cambios en las líneas de autobuses al cabo de un año de la transformación de Tuvisa porque se detectaron deficiencias, también esta planificación tiene que conllevar una reflexión. De hecho, está basada en las súper manzanas, que es un concepto incluido en el Plan de Movilidad que se quiere llevar a otras partes de la ciudad", apunta el presidente de Pasabidea. El estudio, eso sí, debería de realizarse "junto a los residentes". Al igual que en el caso de los urbanos, ellos son los que conocen de primera mano los inconvenientes actuales porque los padecen día a día.
En el este de la ciudad, la situación es idéntica. Hay quien ya habla incluso del triángulo de las Bermudas, porque los vecinos que tienen sus garajes entre bulevar de Salburua, la avenida Bratislava y la calle Praga pierden el sentido con tanto rodeo. El buzón ciudadano de la página web del Ayuntamiento está repleto de quejas, sobre todo de los residentes de Nicosia. "La verdad es que tenemos un problema porque muchas calles de salida al bulevar son de un solo sentido, y cada vez son más los conductores que circulan en dirección contraria", reconoce Iñigo Lemos, portavoz de Salburua Bizirik. Curiosamente, cuando el barrio empezó a tomar forma, algunas de esas vías eran de doble sentido, pero al cabo de un tiempo volvieron a ser de una sola dirección por decisión del Ayuntamiento y sin contar con la opinión de los residentes. Así que los afectados están que trinan, como se constata en el buzón ciudadano de la web municipal.
sin respuesta municipal "La ordenación actual choca bastante con la Green Capital de la que presumimos, porque no hacemos más que gastar combustible y contaminar", censura uno de los afectados. Entre las críticas se repiten, sobre todo, dos calles: Nicosia y Praga. Y, en todas ellas, los conductores plantean la misma solución: establecer el doble sentido. No obstante, hace más de un año que empezaron a registrarse las peticiones en el buzón ciudadano, y el Ayuntamiento todavía no ha respondido.