vitoria. Las excavadoras destruyeron este martes la zona de cría y enfermería de la vaquería de Aretxabaleta y, un día después, le tocó el turno al cobertizo para los tractores. Un espacio donde, hasta ahora, los López de Suso guardaban la maquinaria de tracción agrícola que emplean para obtener los forrajes destinados al sustento de sus 90 vacas lecheras. "Allí estaban resguardados cuatro tractores, pero ahora se quedan a la intemperie", puntualiza Gerardo López de Suso, uno de los socios de esta explotación ganadera a los que una orden judicial desde el pasado lunes hace efectivo este desalojo forzado.

La llegada del mal tiempo tampoco facilita las cosas en esta granja emplazada en el sector 19, donde está previsto construir 144 pisos de protección oficial. Por ello, el hermano de Gerardo, José Román, el miércoles por la tarde ya se empezó a movilizar con el fin de evitar que estos útiles se queden a la intemperie. "Una vecina de Aretxabaleta se ha ofrecido voluntaria a prestarnos un cobertizo y estamos comprobando si entran al menos dos de los tractores", detalla Gerardo, quien explica que el motivo de ello se debe a que la familia precisa a diario de dos de estas maquinarias de labranza.

"Quiero aclarar que cada día nos quitan un cacho que necesitamos para poder funcionar. Para que luego digan que no nos han asfixiado. Es como si te tapan la nariz para no poder respirar", compara este ganadero. Y, ayer, mientras, llegaba una noticia que, dada la situación, suena a ironía: la explotación registraba el nacimiento de una nueva ternera. Porque, como menciona el propio Gerardo López de Suso, "la vida sigue".