Vitoria. La adjudicación de parcelas a los constructores ha tocado suelo en Vitoria. En lo que va de año, el Ayuntamiento únicamente ha cedido cuatro solares en Aretxabaleta-Gardelegi para 344 pisos, según los datos facilitados por la sociedad urbanística Ensanche 21. Y a corto plazo, sólo tiene previsto asignar otros dos terrenos más en el mismo sector, para 161 viviendas. En total: 405 VPO, una cifra que contrasta enormemente con las 4.000 de 2004 o las 2.000 de 2006. La crisis del sector inmobiliario y la reducción de las listas de espera para acceder a una casa han hecho, sin duda, mella en una ciudad que en los últimos tiempos ha crecido más que en toda su historia.
La adjudicación de parcelas para VPO se sitúa en 2010 en los ratios más bajos de la última década. Y ello, a pesar de que la urbanización de Salburua y Zabalgana no ha concluido, aún restan solares por edificar, y de que todavía no se ha cerrado en firme el debate sobre la conveniencia o no de abrir el Sur de Vitoria a la construcción. No obstante, el gobierno de Patxi Lazcoz insiste en que el paisaje que conforman las grúas sobre el horizonte de la capital todavía nos acompañará durante un tiempo, puesto que no se van a dejar de levantar nuevas VPO, aunque a un ritmo menor dado que la demanda también es inferior.
Parece que Vitoria tendrá que esperar, por tanto, varias décadas para vivir una expansión como la registrada los últimos diez años. Época en la que se ha edificado a un ritmo de 1.387 viviendas promovidas por el Ayuntamiento al año. El despegue comenzó en el año 2002, con el gobierno de Alfonso Alonso (PP) en la Alcaldía. El pacto de vivienda alcanzado entre todas las fuerzas políticas propició que los promotores se hicieran con terreno suficiente para levantar 1.951 pisos. La cifra se elevó mes a mes hasta llegar a su pico más alto dos años después, con 4.021 casas en 2004.
Un ritmo de edificación frenético que no se frenó hasta cuatro años después con la crisis económica ya a la espalda (en 2008 se adjudicaron solares para 722 pisos). Desde entonces no se ha superado la barrera de las mil VPO por año. Ahora, el Ayuntamiento mira hacia el interior de la ciudad, hacia los viejos barrios que reclaman a gritos una rehabilitación integral, como Zaramaga, Adurza o Coronación, y hacia otras fórmulas, como el alquiler para los más jóvenes que son, a priori, quienes van a demandar un hogar en los próximos años.