Vitoria. La plaza de las Burullerías fue la primera en convertir una vieja fachada en un gran fresco. El color llegó después a la escuela infantil Haurtzaro y a las calles Pintorería 76 y Santa María 9. Tras la exitosa experiencia, la Agencia de Revitalización Integral de la Ciudad Histórica baraja ya extender la iniciativa a otros dos rincones del barrio: el jardín de la muralla medieval y la escuela de música Luis Aramburu, en la calle Correría. Y para ello, la entidad dependiente del Ayuntamiento ha renovado el convenio de colaboración con la asociación sociocultural El Martillo, con el fin de ampliar el itinerario muralístico por la almendra medieval. Además, está previsto grabar todo el proceso de la obra con el fin de elaborar un making of, que permitirá difundir la experiencia. Gonzalo Arroita trasladará hoy la idea a los consejeros de la Agencia, que son quienes tienen la última palabra.
El objetivo es diseñar dos murales bidimensionales de gran tamaño, uno dentro del jardín de la muralla y otro en la fachada y parte interior de la escuela de música. En el proceso participarán muralistas profesionales, artistas locales y ciudadanos de a pie, que trabajarán codo con codo en la creación de estas pinturas contemporáneas que ya se han convertido en un atractivo turístico más del barrio.
Tanto la fachada que da a la muralla como las de la escuela de música se transformarán en dos grandes lienzos sobre los que los participantes plasmarán durante 30 días, previsiblemente en junio y julio, el resultado de los conocimientos adquiridos en un taller teórico de dos semanas de duración. Como en 2009, el diseño y la dirección del proyecto estará en mano de profesionales.
el "ok" estadounidense Desde hace años, en Estados Unidos existen asociaciones que fomentan el arte público. No en vano, el muralismo es una disciplina interactiva que permite el trabajo en equipo, la recuperación urbanística de espacios degradados, la expresión cultural y hasta el fomento del empleo, en el caso de Vitoria a través de las brigadas de la brotxa, que permiten a los jóvenes obtener unos ingresos.
En este contexto de arte en la calle es donde el Casco Viejo ha sido testigo desde 2007 de la revitalización de fachadas (una docena, con las de 2010), que han dejado de ser invisibles a los ojos de vecinos y visitantes. Un itinerario que, bajo el paraguas de la asociación El Martillo, promociona el arte y la cultura como herramienta para la cohesión social de un barrio y que, como ya adelantó DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, ha traspasado fronteras despertando el interés de los propios estadounidenses, que brindan su apoyo para que profesionales norteamericanos codirijan, junto con artistas locales, los próximos murales.