“Mientras el mundo se desmoronaba, la naturaleza volvía a revivir igual que cada año al llegar la primavera”. En marzo de 2020, días antes del confinamiento, el autor se instaló con su familia en una casa situada en la sierra de los Lagares, cerca de Trujillo, en Extremadura. Durante ese tiempo, la naturaleza, preservada de la intervención humana, se llenó de luz, de colores brillantes y de animales en libertad, mientras la tragedia de la pandemia avanzaba.A las 19.00 horas en Villa Suso.
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