El nexo común de los crímenes de al menos cuatro hombres en Bilbao es una web de citas gais. En esa página de contacto es donde un hombre que se hacía llamar Carlos contactaba con sus víctimas con las que queda en sus domicilios para acabar con sus vidas. El modus operandi es similar en todos los crímenes.

El hombre quedaba por la aplicación en sus casas, después, les suministraba una droga. Así conseguía las claves de sus cuentas corrientes y les robaba su dinero en efectivo y por transferencias. La clave de estos crímenes está en el éxtasis líquido que tenía su última víctima en sangre tras realizarle el correspondiente análisis. Esta droga anula la voluntad y no deja huella. El sospechoso fue identificado y ayer jueves se entregó a la Ertzaintza aunque negó su implicación en los hechos.

La muerte de las otras tres víctimas, por el momento, está registrada como muerte natural sin levantar ninguna sospecha.

El sospechoso es un hombre de unos 25 años y de nacionalidad colombiana. Se da la circunstancia que el método utilizado para anular la voluntad de sus víctimas es muy habitual en su país de origen. La mezcla de sustancias psicoactivas con alcohol es un cóctel venenoso.

El éxtasis como sustancia de síntesis química, perteneciente a la familia de las anfetaminas, es un potente estimulante que tiene especial influencia sobre el sistema nervioso central. Por otro lado, el alcohol afecta las funciones cerebrales, alterando en primer lugar las emociones.

Siendo así ¿qué hace tan peligrosa su mezcla? La mezcla tanto del alcohol como el éxtasis pueden generar diferentes tipos de arritmias. Es por eso por lo que existen riesgos neurológicos y a nivel cardiovascular por arritmias. Además, la peligrosa combinación de estas sustancias podría adquirir una mayor posibilidad de presentar rabdomiolisis, lo que se traduce en una ruptura de las fibras musculares que puede dañar los riñones.